Sin embargo, adoptar medidas clave para reducir el consumo de energía de los equipos de refrigeración reduciría un 64% las emisiones de ese sector previstas para mediados de este siglo, protegería a unos 3.000 millones de personas de la subida de las temperaturas y ahorraría hasta 43 billones de dólares en costes de electricidad e infraestructura.

Así figura en un informe elaborado por la Cool Coalition, liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), y presentado este martes coincidiendo con el segundo día de la 30ª Cumbre del Clima, conocida como COP28 y que se celebra en Belém (Brasil).

El informe apunta que, en medio de crecientes olas de calor y una demanda cada vez mayor de refrigeración, adoptar sistemas de refrigeración sostenibles -con un fuerte enfoque en técnicas pasivas, refrigeración de bajo consumo energético e híbrida que combina ventiladores y aires acondicionados que consumen poca o ninguna energía- podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorrar billones de dólares y ampliar el acceso a la refrigeración vital para quienes la necesitan.

La demanda de refrigeración podría triplicarse para 2050 debido al aumento de la población y la riqueza, la mayor frecuencia de olas de calor extremas y el creciente acceso de los hogares de bajos ingresos a sistemas de refrigeración más contaminantes e ineficientes.

Esto casi duplicaría las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la refrigeración con respecto a los niveles de 2022, elevándolas a 7.200 millones de toneladas de CO2 equivalente para 2050, pese a los esfuerzos por mejorar la eficiencia energética, reducir gradualmente el uso de refrigerantes que contribuyen al calentamiento global y gestionar la sobrecarga de las redes eléctricas en los períodos de máxima demanda.

“VENCER AL CALOR”

El informe sugiere adoptar una ‘Vía de Refrigeración Sostenible’ para ofrecer acceso a refrigeración, edificios resilientes y espacios verdes urbanos a toda la población, incluyendo a grupos vulnerables y pobres, como pequeños agricultores, mujeres y personas mayores, sin necesidad de agravar la crisis climática.

Esta Vía combina estrategias de refrigeración pasiva, refrigeración híbrida y de bajo consumo energético (que combina ventiladores y aires acondicionados), la rápida adopción de equipos de alta eficiencia y la eliminación acelerada de los refrigerantes de hidrofluorocarbonos (HFC).

Ese enfoque podría reducir las emisiones en un 64% (2.600 millones de toneladas de CO2 equivalente) por debajo de los niveles previstos para 2050. Si se combina con una rápida descarbonización del sector eléctrico mundial, las emisiones residuales de refrigeración podrían reducirse en un 97% por debajo de los niveles habituales.

“A medida que las olas de calor mortales se vuelven más frecuentes y extremas, el acceso a la refrigeración debe considerarse una infraestructura esencial, al igual que el agua, la energía y el saneamiento”, según Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

Andersen añadió: “No podemos solucionar la crisis del calor solo con aire acondicionado, ya que esto aumentaría las emisiones de gases de efecto invernadero y los costes. Las soluciones pasivas, energéticamente eficientes y basadas en la naturaleza pueden ayudarnos a satisfacer nuestras crecientes necesidades de refrigeración y a proteger a las personas, las cadenas alimentarias y las economías del calor mientras trabajamos para alcanzar los objetivos climáticos globales. No tenemos excusa: es hora de vencer al calor”.

COMPROMISO MUNDIAL

Por otro lado, 72 países se han sumado al Compromiso Mundial de Refrigeración para reducir las emisiones relacionadas con la refrigeración en un 68% para 2050. A mediados de 2025, 29 naciones habían establecido objetivos específicos de reducción de gases de efecto invernadero para el sector de la refrigeración, y otros cinco estaban desarrollando esos objetivos.

En total, 134 países han incorporado la refrigeración en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, Planes Nacionales de Adaptación, Estrategias de Desarrollo a Largo Plazo con Bajas Emisiones, planes energéticos u otras estrategias climáticas nacionales.

Sin embargo, solo 54 cuentan con políticas integrales en las tres áreas prioritarias para la refrigeración: refrigeración pasiva en los códigos de eficiencia energética de edificios, normas mínimas de rendimiento energético y transición a nuevos refrigerantes. Otros 78 abarcan dos de estos pilares, 40 solo uno y 20 aún no han comenzado a implementarlos.

Las mayores brechas se encuentran en los países de África y Asia-Pacífico, donde se prevé que gran parte del aumento mundial de la demanda de refrigeración se produzca.