Clima

Descubren por primera vez agua subterránea bajo el hielo de la Antártida

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de científicos ha detectado por primera vez un enorme sistema de agua subterránea bajo la capa de hielo de la Antártida Occidental, lo que confirma algo que algunos investigadores sospechaban, pero no habían podido verificar hasta ahora.

El descubrimiento fue dirigido por un equipo de científicos de Scripps Oceanography y el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), y aparece explicado en un artículo publicado este jueves en la revista 'Science'.

Los investigadores necesitan datos de todas las partes de la capa de hielo de la Antártida para comprender cómo funciona este sistema y cómo cambia con el tiempo en respuesta al clima. El estudio ofrece una visión de una parte previamente inaccesible e inexplorada de la capa de hielo antártica y mejora la comprensión científica sobre cómo podría afectar el nivel del mar.

"Las corrientes de hielo son importantes porque canalizan alrededor del 90% del hielo de la Antártida desde el interior hacia los márgenes", indica Chloe Gustafson, investigadora postdoctoral en la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego.

El agua subterránea en la base de estas corrientes de hielo puede afectar la forma en que fluyen, lo que podría influir en la forma en que se transporta el hielo fuera del continente antártico.

El equipo tomó imágenes de una sola corriente de hielo, pero hay muchas más en la Antártida. "Sugiere que probablemente haya agua subterránea debajo de más corrientes de hielo antárticas", precisa Gustafson.

Helen Amanda Fricker, glacióloga del Centro Polar Scripps, añade al respecto: "Ha sido una hipótesis a partir de nuestra comprensión de cómo funciona el planeta que hay agua subterránea debajo de la Antártida, pero no hemos podido medirla antes".

MÉTODO MAGNETOTELÚRICO

Los investigadores midieron el agua subterránea entre 2018 y 2019 con un método geofísico electromagnético basado en tierra llamado magnetotelúrico, que utiliza variaciones en los campos eléctricos y magnéticos de la Tierra para medir la resistividad del subsuelo. Este estudio fue la primera vez que se empleó esa técnica para buscar agua subterránea debajo de una corriente de hielo glacial.

"Esta técnica normalmente no se ha utilizado en entornos polares", indica Fricker, que añade: "Es una buena demostración del poder de la técnica y cuánto puede aportar a nuestro conocimiento no solo de la Antártida, sino también de Groenlandia y otras regiones glaciares".

La técnica se ha utilizado en la Antártida desde la década de 1990, pero esos estudios tenían como objetivo obtener imágenes de características profundas de la corteza a profundidades muy por debajo de los 10 kilómetros.

En la última década, se han utilizado técnicas electromagnéticas aéreas para obtener imágenes de aguas subterráneas poco profundas en los 100 a 200 metros superiores debajo de algunos glaciares delgados y áreas permanentemente congeladas de los Valles Secos de McMurdo. Pero esas técnicas solo pueden ver a través de unos 350 metros de hielo.

La corriente de hielo de Whillans, donde Gustafson y sus colegas recopilaron los datos, mide unos 800 metros de espesor. Sus nuevos datos llenan una amplia brecha entre los conjuntos de datos profundos y superficiales anteriores.

"Tomamos imágenes desde el lecho de hielo hasta unos cinco kilómetros e incluso más profundo", recalca Kerry Key, profesor asociado de ciencias ambientales y de la tierra en la Universidad de Columbia.

Los investigadores calcularon que, si pudieran exprimir el agua subterránea de los sedimentos a la superficie, formaría un lago que oscilaría entre 220 y 820 metros de profundidad. “El Empire State Building hasta la antena tiene unos 420 metros de altura”, indica Gustafson, antes de subrayar: “En el extremo poco profundo, nuestra agua subiría hasta la mitad del Empire State Building. En el extremo más profundo, son casi dos Empire State Buildings apilados uno encima del otro. Esto es significativo porque los lagos subglaciales en esta área tienen de dos a 15 metros de profundidad. Eso es como de uno a cuatro pisos del Empire State Building”.

La existencia de agua subterránea subglacial tiene implicaciones para la liberación de cantidades significativas de carbono que previamente fueron almacenadas por comunidades de microbios adaptadas al agua de mar. "El movimiento de las aguas subterráneas significa que existe la posibilidad de que se transporte más carbono al océano de lo que habíamos considerado anteriormente", comenta Gustafson.

(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2022
MGR/gja