Según indicó este lunes la Guardia Civil en una nota de prensa, a los detenidos se les imputan los delitos de detención ilegal, organización criminal, robo con violencia, lesiones, tráfico de drogas, falsificación de documento público, tenencia ilícita de armas y hurto de uso de vehículo a motor.

La investigación de la operación llamada ‘Jacol’ comenzó con la denuncia de dos mujeres que fueron bloqueadas por un vehículo del que se apearon varias personas disfrazadas de policía. Las denunciantes fueron subidas a un furgón maniatadas, donde las golpearon brutalmente. Las lesiones producidas hicieron que necesitasen asistencia médica.

Los agentes hallaron un dispositivo GPS en una primera inspección del vehículo utilizado por las víctimas. De esta forma, tras el cotejo de diversas bases de datos policiales lograron dar con uno de los autores, sobre el que además pesaba una orden de detención europea en vigor.

CUATRO KILOS DE COCAÍNA

En la primera fase de la operación, la Guardia Civil detuvo a un hombre en Carranque (Toledo), y halló en su domicilio casi cuatro kilos de cocaína, una plantación ‘indoor’ o de interior con 1.200 plantas, cinco dispositivos GPS idénticos al que las denunciantes tenían instalado en su vehículo y hachís. Un día después, otras dos personas fueron detenidas en Ocaña (Toledo).

En una segunda fase, los investigadores lograron identificar a los tres miembros restantes y detenerlos, dos en Toledo capital y un último en Camarenilla (Toledo). En uno de los registros en Serranillos del Valle (Madrid), donde residía uno de los detenidos, la Guardia Civil halló dos revólveres y 1.700 euros en metálico.

La operación fue llevada a cabo por el Equipo Territorial de Policía Judicial de Villacañas con la colaboración del Equipo ROCA -especializado en robos en el campo- de la Compañía de Ocaña, el GIAT -Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil- en Toledo, y Policías Locales de Batres y de Serranillos del Valle.