García explicó que varias inspecciones de la Consejería de Industria han detectado la venta de gasolina con un octanaje inferior al legal, por lo que se ha expedientado a las gasolineras infractoras.

La inspección también ha detectado anomalías en la coloración de los combustibles y sustancias que pueden dañar elmotor de los vehículos y provocar mayor contaminación.

Las empresas distribuidoras de combustible pueden ser multadas con 15 millones de pesetas cada una por estas infracciones. No obstante, el director general asegura que los casos han sido pocos y que la situación ya está normalizada.