Los detenidos formaban parte de un grupo violento que exigía un "canon" por la protección de locales de ocio, de manera que si sus propietarios se negaban a pagarlo, provocaban destrozos en el interior de los locales. Uno de los detenidos es el cabecilla del grupo, pero la policía mantiene abiertas las investigaciones en Madrid y en Barcelona.

La policía tuvo conocimiento de que el pasado 4 de octubre un grupo de siete ciudadanos chinos entraron en un local situado en la calle Loeches de Madrid, tres de los cuales portaban pistolas. Agredieron a los responsables del establecimiento, provocaron destrozos y exigieron una determinada cantidad de dinero, abandonando el local después para que las víctimas se pensaran si iban a pagar o no.

Si accedían a pagar lo estipulado, estos individuos ofrecían protección y les aseguraban que no volverían a sufrir más agresiones, pero, en caso contrario, las represalias prometían ser más virulentas y afectar incluso a la integridad física de las personas.

Tras conocer estos hechos, agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación iniciaron un dispositivo policial para localizar y detener a estos individuos. Según la policía, las investigaciones no fueron fáciles por la falta en muchos casos de colaboración por parte de las propias víctimas, temerosas de posibles venganzas.

Pese a ello, la policía localizó a dos de los integrantes del grupo, uno de ellos Jinli C., máximo responsable de la banda y que portaba un arma el día de la agresión. Jinli C. fue detenido en la calle Dolores Barranco, de Madrid, y Pinwei Y. en la calle Cáceres, de Alcorcón.

Las investigaciones de la policía han situado a otros dos miembros de esta banda en Hospitalet (Barcelona), donde varios individuos de nacionalidad china entraron en un restaurante situado en el Paseo de Gracia y utilizaron el mismo "modus operandi". Ya en marzo de este año, la policía detuvo en Barcelona a otro chino por el mismo delito.