Un total de 14.533 motocicletas fueron controladas durante la campaña, llevada a cabo en carreteras especialmente frecuentadas por estos vehículos, de las cuales 10.906 circulaban en vías convencionales, según informó este miércoles la DGT.

No obstante, el 77% de los siniestros mortales de motos se produce en carreteras convencionales. Es decir, de un carril por sentido y sin separación física entre ambos.

La infracción más numerosa fue el exceso de velocidad, con 252 denuncias formuladas, lo que supone más del doble de las interpuestas en la misma campaña del año pasado. De ellas, 251 se formularon en carreteras convencionales, las más peligrosas y en las que una velocidad inadecuada puede costar la vida al motorista.

Por el contrario, descienden con respecto a la campaña del pasado año las cifras de motoristas que fueron detectados conduciendo bajo la influencia del alcohol (12) u otras drogas (15).

MÁS DENUNCIAS

Doce motoristas fueron sancionados por no llevar el casco o hacerlo de manera inadecuada, otros 12 por realizar una conducción negligente o temeraria y 11 más por adelantamientos antirreglamentarios.

También hubo denuncias por carecer de la ITV en vigor (69), el uso de silenciadores (59) o no disponer del seguro obligatorio (22) o de la documentación del conductor (21).

El colectivo de motoristas es el que más ha incrementado su siniestralidad en lo que va de 2023, pues 226 murieron en siniestros en carretera hasta el pasado 3 de octubre, 19 más que en el mismo periodo de 2022.