Esas enmiendas suponen la adjudicación de unos 9.000 millones de pesetas para competencias del Gobierno de Aragón en educación y sanidad. El presidente del Ejecutivo aragonés, Santiago Lanzuela, del Partido Popular, aseguró hoy que hubo mala fé en su presentación.

A su juicio, "cuando se presentan unas enmiendas y esto se hace en calidad de portavoz adjunto del grupo parlamentario Popular -en alusión a Antonio Serrano-, se tine que tener la aprobación del portavoz y no presentarlas a pesar del portavoz". Serrano replicó señalando que lo dicho por Lanzuela "es absolutamente mentira y quien dice mentiras es un mentiroso".

El diputado del Partido Aragonés añadió que "el presidente del Gobierno, el Gobierno entero y el propio portavoz conocían este hecho 48 horas antes de la presentación de las enmiendas, porque las tuvieron en sus manos y las presentaron ellos".

Para el diputado del PAR en el Congreso, "la verdadera burada en estos momentos es que se han rechazado enmiendas en materia de educación y en materia de sanidad, que son competencias del Estado en Aragón por falta de recursos económicos y, sin embargo, se han aprobado enmiendas como policía autónoma para la Generalitat de Cataluña".

La polémica aprobación de las enmiendas que el PP trató ayer sin éxito de corregir, originándose un enfrentamiento en el Congreso que mereció una llamada de atención del propio Gobierno al grupo parlamentario, no tiene, sin embago, visos de prosperar, dado que el PP ya ha anunciado su intención de emitir un voto particular en contra en el próximo pleno.

Este nuevo descuerdo se produce en medio de una escalada de tensión entre el PP y su socio de gobierno en la comunidad autónoma aragonesa, el PAR, que ya ha anunciado su intención de revisar en enero próximo los pactos que unen a ambas formaciones políticas y que incluso ha amenazado con el abandono por parte de su único diputado en el Congreso, Antonio Serrano, y su pase al rupo Mixto.