Para evitar esa situación, Izquierdo les recomendó hacer un esfuerzo de promoción, y, al mismo tiempo, pidió al Gobierno más apoyo al comercio exterior, la internacionalización y una bajada de impuestos a las actividades exportadoras, como expuso durante su intervención en la mesa redonda ‘La economía española ante el reto de la guerra comercial desencadenada por el gobierno de los Estados Unidos’, organizada por la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Nebrija.

El director del IEE también destacó que las empresas españolas están exportando más del 40 % del PIB.

Por su parte, el presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, Antonio Bonet Madurga, señaló que la opción más acertada en este momento para las empresas es “quedarse quietas y ver qué pasa para tomar decisiones”.

Al igual que Izquierdo, instó a las compañías españolas presentes en Estados Unidos a quedarse en ese mercado, aunque les requiera un esfuerzo. “En algún momento las cosas cambiarán y dejará de ser tan difícil poder exportar”, vaticinó.

Tanto Bonet como Izquierdo señalaron que el sector más afectado por la guerra arancelaria en España será el de la automoción, no tanto por la venta de vehículos como por la de componentes, cuya exportación alcanza el 14% del total de las exportaciones de bienes españoles.

Por su parte, la economista jefe de Singular Bank y consejera de SAM SGIIC (sociedad gestora de instituciones de inversión colectiva del Grupo Santander), Alicia Coronil Jónsson, alertó de la falta de medidas para impulsar la competitividad de las empresas españolas. En su opinión, se está “gravando fiscalmente más a las empresas y haciendo que tengan menos capacidad de innovar o buscar soluciones o alianzas”.