“Reducir la jornada en dos horas y media a la semana no tiene un impacto en la persona trabajadora tan grande como el coste que sí que va a tener para las compañías y la economía en general la medida adoptada”, declaró a Servimedia Torres.

Además, anticipó que “puede tener el efecto contrario al que se busca”, es decir, que no contribuya ni a generar más empleo ni a mejorar la conciliación. Asimismo, se mostró especialmente preocupado por el efecto que la reducción de la jornada laboral tendrá en las pymes, sobre todo en las pequeñas empresas, dado que las grandes tienen más “capacidad de adaptación”.

En este sentido, el presidente de la Aedrh explicó que hay pequeños establecimientos que tienen solo un empleado y que si reducen sus horarios, menguan sus ingresos “y, consecuentemente, reducirán plantilla o tendrán que cerrar”.

MEDIDA EN DOS FASES

El acuerdo entre PSOE y Sumar recoge el compromiso de reducir la jornada laboral a 38,5 horas semanales en 2024 y a 37,5 en 2025. Sobre esta forma de plantear la medida, Torres dijo que “el diferir esto en el tiempo no tiene tampoco mucho sentido”.

“Si lo vas a hacer, hazlo. Tampoco creo que a las empresas nos vaya a dar mucho más tiempo a reorganizarnos”. A su juicio, reducir la jornada a 38,5 horas “nos va a suponer una reestructuración de nuestros recursos”.

“Ya puestos, pues mira, vamos a intentar reorganizarnos cuanto antes y no estar constantemente metidos en la reorganización que es un tema bastante complejo de gestionar”, argumentó el presidente de la Aedrh.

Por último, Torres resaltó que la medida no ayudará a mejorar la productividad, un ámbito en el que España está a la cola en comparación con los países de la UE, y alertó de que afectará especialmente a los sectores que están teniendo dificultades ya para cubrir todas sus vacantes, como puede ser la hostelería o la construcción.