Este centro, puesto en marcha en 1993, es la primera residencia de estas características en Aragón. El centro cuenta con 24 plazas y es atendido por trabajadores con ligeras discapacidades, de modo que permite también generar empleo dentro del propio colectivo.

Los usuarios, a pesar de necesitar ayuda de otras personas, pueden hacer vida normaliada gracias a unos programas que facilitan su incorporación a actividas externas, tanto formativas como culturales o lúdicas.

En esta comida, responsables de la asociación le harán llegar a la Administración la situación real del colectivo y la necesidad de implantar pequeños centros, en aquellas zonas donde se necesiten para favorecer la integración del usuario en su entorno habitual.