En el acto, celebrado con motivo del décimo aniversario del fallecimiento de José Luis Sampedro, estuvieron presentes el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; la hija del autor, Isabel Sampedro Pellicer; su viuda, Olga Lucas; y la presidenta de la Asociación Amigos de José Luis Sampedro, Amaya Delgado; y el secretario de este colectivo, José Manuel Lucía, que ejercieron de testigos del tributo.

La Caja de las Letras de la institución cervantina acogerá en la caja 943, que se abrirá dentro de diez años para descubrir los objetos en ella depositada, una serie de recuerdos legados por la hija y la viuda de José Luis Sampedro.

Las publicaciones guardadas en ella son una edición facsímil del primer y único número de la revista ‘UNO’ (1937), compuesta por cinco cuadernillos; tres ediciones encuadernadas en cuero de otros tantos de sus libros: ‘Congreso en Estocolmo’ (1952), ‘El río que nos lleva’ (1961) y ‘La sonrisa etrusca’ (1985); y un volumen crisolín (libro en miniatura realizado en papel muy fino), titulado ‘Fronteras’, que contiene su discurso de ingreso a la Real Academia Española (RAE) y un texto escrito durante una hospitalización, que completa la creación literaria con contenidos autobiográficos y más reflexivos.

Este depósito tiene como objetivo, según Isabel Sampedro, propiciar “un encuentro entre mis nietos y su bisabuelo que no llegaron a conocerse; conectar un modo de hacer la cosas que no compartirán, pero que conllevará respeto, sorpresa y asombro; algo que a mi padre le hubiera encantado”.

A su vez, Isabel Sampedro incluyó la donación de un objeto personal: el disco de la Sonata nº 28 de Mozart (1756-1791), una referencia al amor de su padre por la música clásica y el jazz. “He escogido este vinilo porque lo escuchábamos juntos cuando era pequeña”, confesó.

Por su parte, Olga Lucas legó dos carpetas con textos manuscritos, uno dedicado y otro en una fase de redacción muy inicial, sobre cuyo contenido no desveló información. Éste se hará público cuando la caja se abra dentro de diez años, “cuando previsiblemente yo ya no esté”.

Olga Lucas destacó que “cuando la persona con quien tienes estructurada tu vida es tan querida, y también odiada por una minoría, te enfrentas a un duelo interminable; vives toda la vida con Sampedro, aunque no esté”.

Por otro lado, García Montero presentó a José Luis Sampedro como “una figura fundamental en nuestra historia contemporánea, social y política”, de quien recordó el siguiente apotegma: “El tiempo no es oro, el oro no vale; el tiempo es vida”.

También recuperó dos citas del homenajeado para definir su labor como economista y escritor: “Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres”; y “la libertad es como un cometa: vuela porque está atada a la responsabilidad del que la maneja”.

El acto concluyó con la rememoración del credo personal de José Luis Sampedro a cargo de Olga Lucas: “Creo en la humanidad siempre ascendente; creo en la vida perdurable. Amén”.