Grupo Vall Companys se sitúa en el 39º puesto y Grupo Jorge ocupa el 44º. El gigante cárnico brasileño JBS lidera la lista, ya que genera una cuarta parte de las emisiones totales de las empresas analizadas.

Así se recoge en el informe ‘Asando el planeta: las enormes emisiones de la industria cárnica y láctea’, elaborado por Amigas de la Tierra EEUU, Foodrise, Greenpeace y el Instituto para la Agricultura y la Política Comercial.

El informe revela que estas 45 grandes corporaciones emitieron, en conjunto, cerca de 1.020 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2022 (en el caso de las empresas lácteas) y 2023 (las compañías cárnicas), una cifra superior a las reportadas por Arabia Saudí, el segundo mayor productor de petróleo del mundo.

El documento, lanzado pocas semanas antes de la 30ª Cumbre del Clima (COP30), que comenzará el próximo 10 de noviembre en Belén (Brasil), señala que la mitad de estas emisiones provienen del metano, un gas de efecto invernadero más potente que el CO2, pero de vida más corta.

La comunidad científica advierte de que la reducción drástica del metano en esta década es crucial para limitar el calentamiento global por debajo de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. Las emisiones de metano generadas por estas compañías superan las de todos los países de la UE y el Reino Unido juntos.

“ATIZANDO EL CAMBIO CLIMÁTICO”

Según Amigas de la Tierra y Greenpeace, el Grupo Vall Companys y el Grupo Jorge son “dos de los principales responsables” del modelo de ganadería industrial y las macroexplotaciones ganaderas en España, especialmente en Cataluña y Aragón, que son las comunidades con mayor censo porcino, con 8 millones y casi 10 millones de cabezas de ganado, respectivamente.

“Además de su impacto climático, este modelo provoca otras consecuencias muy graves tanto ambientales como territoriales, como la contaminación del agua por nitratos, que en numerosos municipios impide el consumo de agua del grifo”, añaden.

“Gigantes cárnicos españoles como Vall Companys y el Grupo Jorge están atizando el cambio climático y se encuentran entre las 45 empresas cárnicas y lácteas más contaminantes del planeta”, recalca Luís Ferreirim, responsable de ganadería de Greenpeace España, antes de añadir: “Su actividad, que les reporta millones de euros en beneficios, está dejando una huella muy peligrosa en España y en el resto del mundo”.

GRUPO VALL COMPANYS

Vall Companys -convertida en 2023 en la mayor empresa de alimentación de España- aglutina, entre otras cosas, la producción de carne de cerdo, pollo y vacuno. El gigante cárnico catalán alcanzó ese año una facturación de 4.148 millones de euros, un 38% más respecto a 2022. Se situó como el segundo mayor exportador alimentario del país, solo por detrás de Ebro Foods.

Su producción alcanzó cifras récord, por ejemplo, con 481.000 toneladas de carne de cerdo procedentes de unos cinco millones de animales criados en 1.577 explotaciones. Bajo su paraguas operan marcas como Patel, Cinco Villas y Frival. Según el informe, su actividad genera 3,67 millones de toneladas de CO2 equivalente.

GRUPO JORGE

En 2023, el Grupo Jorge, con sede en Aragón, facturó 1.945 millones de euros. Desde su origen en la década de 1940, el sector porcino sigue siendo su principal línea de negocio, lo que lo convierte en el tercer mayor exportador de alimentos de España.

Esta compañía gestiona unas 1.000 explotaciones propias e integradas, con un volumen anual de sacrificio de 7,5 millones de animales y cinco millones de despieces. Sus marcas más conocidas son Rubia, Campodulce, 959 Consorcio de Jabugo, Capa Negra y Azuaga. Según el informe, genera 2,76 millones de toneladas de CO2 equivalente.

“Las cifras presentadas en este nuevo informe son desoladoras. La industria cárnica y láctea es responsable de una enorme cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente metano, pero con demasiada frecuencia es ignorada por los responsables políticos”, destaca Andrés Muñoz, responsable de Soberanía Alimentaría de Amigas de la Tierra.

Muñoz concluye: “Si los Gobiernos se toman en serio el cumplimiento de los objetivos climáticos, ya no pueden ignorar el impacto de la carne y los lácteos industriales. Es urgente establecer objetivos vinculantes de emisiones agrarias y promover una transición justa hacia la agroecología y sistemas alimentarios basados en alimentos de origen vegetal”.