Según estas entidades, esa emblemática zona húmeda se mantiene “desde hace décadas en el peor de los estados de deterioro y de artificialización”, por lo que pidieron a las administraciones española y castellanomanchega que apliquen “de inmediato las políticas y medidas a las que les obliga la legislación y los compromisos internacionales”.

Así, indicaron que Las Tablas de Daimiel merecen “toda la atención como Doñana y el Mar Menor”, y que en ese espacio se han reflejado “las graves consecuencias de una gestión errónea del agua y, en concreto, de la sobreexplotación causada por el regadío”.

Esta situación ha llevado a incluir el parque en la Lista Montreux de Ramsar desde 1990, que registra los humedales donde se han producido o pueden producirse cambios en las características ecológicas por el desarrollo tecnológico, la contaminación u otra intervención del ser humano.

Así, las cinco organizaciones ecologistas han remitido un escrito a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente en funciones de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el que reclaman la puesta en marcha de un Marco de Actuaciones Prioritarias que pivote sobre “el verdadero problema que acucia al humedal: la sobreexplotación de los acuíferos y, en consecuencia, la necesaria reducción de las extracciones de agua para regadío en el acuífero de la Mancha Occidental”.

Además, este Marco de Actuaciones Prioritarias debería ser vinculante y estar dotado de presupuesto suficiente para la ejecución de medidas a corto y medio plazo. Sus objetivos principales deben ser la reducción de las presiones, principalmente la sobreexplotación, así como el restablecimiento de la legalidad y la reducción de superficies regadas en todo el Alto Guadiana con el fin de incentivar un diferente desarrollo socioeconómico.

MENOS AGUA PARA REGADÍO

Por otro lado, las ONG ambientales reclamaron a Transición Ecológica, como máximo responsable del parque nacional y de la gestión del agua, una revisión a la baja de las dotaciones de agua para regadío y un plan coordinado y eficaz de control de las extracciones y de clausura de pozos ilegales en el que participen las autoridades competentes para garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental.

Asimismo, consideraron que no se debe poner en marcha el proceso de transferencia del parque nacional a la Comunidad de Castilla-La Mancha hasta que no esté acordado el Marco de Actuaciones Prioritarias que garantice la recuperación ambiental de Las Tablas de Daimiel y la reducción decidida del regadío en su zona de influencia.

“Deben dejarse a un lado medidas excepcionales y cosméticas, como el trasvase de agua desde el Tajo, que en este momento podría producir una amenaza mayor como la expansión de especies exóticas invasoras, como el mejillón cebra, como se dijo en el Consejo de Participación de Daimiel y que no hacen sino deteriorar aún más el espacio”, indicaron.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF España recordaron que Las Tablas de Daimiel puede perder su condición como espacio natural protegido y que si en un plazo breve no se dan los pasos adecuados para su recuperación natural debería ser objeto de la declaración de estado de conservación desfavorable que plantea la Ley de Parques Nacionales, que implica la intervención de la Administración General del Estado para adoptar “aquellas medidas y acciones indispensables para asegurar el cumplimiento de los objetivos de la presente ley y la adecuada conservación del parque nacional”.