En declaraciones a Servimedia, Caballero quiso dejar claro su respeto por esos dirigentes, pero apuntó que la situación actual es "delicada" y ya no puede haber más "paños calientes" ni "maquillaje" en el PSOE.

A su juicio, el cambio en el partido se impone "por la fuerza" porque la sociedad no percibe al PSOE como una alternativa real de gobierno, sino como una fuerza política estancada con una imagen negativa.

"El mensaje está claro" dijo. "Ahora hay que ver si somos capaces de asimilalo o no, de entenderlo o no, y sobre todo si tienen algunos la generosidad suficiente como para entender lo que la sociedad ha dicho. Yo creo que se acabó el tiempo ya para alguna gente, que es el momento de que todos los que participaron de este partido en la Transición pasen no a un segundo plano, sino a un cuarto plano".

Sin dar nombres, el dirigente socialista pidió a estas personas que "abandonen absolutamente su responsabilidad directa en la política nacional, ya sea en las ejecutivas federalesregionales, incluso en sus actividades parlamentarias".

Caballero aclaró que los nuevos dirigentes del PSOE no tienen por qué ser personas muy jóvenes, de 20 o 30 años, sino que lo importante es que aquéllos a quienes los ciudadanos les han pedido que se vayan acaten su voluntad.