Los 22 diputados del PNV (la misma cifra que la conseguida en los comicios de 1990) sumados a los 12 obtenidos por los socialistas no son suficientes para llegar a los 38 que garantizan la mayoría absoluta, por lo que los actuales socios de gobierno deberán buscar una tercera fuerza política para hacerse con las riendas del Ejecutvo autónomo.

Mientras el PNV repite los resultados de las últimas elecciones vascas, los socialistas pierden 4 escaños, lo que pone en entredicho la efectividad de la alianza entre los socialistas y Euskadiko Ezkerra (EE).

Frente a los 22 diputados que ambos partidos sumaron en 1990, el "matrimonio" que dio lugar al PSOE-EE no ha podido impedir que la cifra se haya rebajado a 12.

Ante los resultados obtenidos por las dos formaciones mayoritarias, Eusko Alkartasuna (EA), con 8 actas de diputao (una menos que en los comicios de 1990), puede convertirse en la llave para lograr la gobernabilidad de Euskadi.

TENDENCIA A LA BAJA

Herri Batasuna (HB), formación que tradicionalmente ha contado con una importante fidelidad de voto, pierde dos escaños en los comicios del "23-O", y continúa como tercera fuerza política, pasando de 13 a 11 parlamentarios regionales. Estos resultados confirman la tendencia a la baja experimentada por la coalición "abertzale" en las últimas consultas electorales.

Los sondeos manejados durante la campaña electoral han dado también en el clavo a la hora de vaticinar el importante incremento del Partido Popular (PP), que casi dobla el número de diputados (de 6 pasa a 11), así como la espectacular entrada en la Cámara de Vitoria de Izquierda Unida (IU), coalición que consigue 6 escaños.

Unidad Alavesa (UA), formación liderada por Pablo Mosquera, mejora igualmente sus resultados respecto a las elecciones de hace cuatro años, al pasar de 3 diputados a 5.

La jonada electoral, que transcurrió sin incidentes de relevancia, registró un índice de abstención del 39,98 por ciento, cifra ligeramente superior a la de los comicios del 90, que se situó en el 39,01 por ciento.