La Asociación asegura, sin embargo, que la sequía no ha influido de forma determinante en el aumento del consumo de agua embotellada porque casi nunca afecta al suministro para uso humano, y sí al destinado al riego o, en casos extremos, a la higiene personal.

No obstante, el sector ya había experimentad un aumento del 13,7 por ciento en su producción durante 1994, en buena parte como consecuencia de las condiciones climatológicas, que también provocaron un incremento del consumo de bebidas refrescantes, zumos y cervezas.

España ocupa un lugar intermedio en cuanto a consumo de agua embotellada, en relación a otros países de Europa, algo en lo que influye, entre otros factores, la calidad del agua corriente suministrada a los hogares y el nivel de vida de los países.

En concreto, la producción deagua mineral en España fue el año pasado de 2.280,8 millones de litros, menos que en Alemania (7.300 millones) o Francia (5.300 millones), pero más que Gran Bretaña (462 millones) o los Países Bajos (124,6 millones).

En 1995, los fabricantes españoles se han visto afectados por el problema que supone el encarecimiento del papel cartón y de algunos plásticos. El agua embotellada presenta unas fuertes oscilaciones en su precio, en función del lugar en que se compre.