El hallazgo se produjo cuando los voluntarios oyeron unos sonidos extraños junto a un lavadero próximoa la casa. Al acercarse a averiguar el origen de los ruidos, encontraron a la mujer.

Como consecuencia de un aislamiento que se prolonga desde que tenía cuatro años, la mujer no saber habla, sólo emite sonidos guturales y tiene aversión a la luz, ya que no ha visto el sol desde hace cuarenta años.

La mujer, que al parecer se llama Lola, tiene una deformación en las manos posiblemente provocada por la falta de espacio del lugar en que permaneció encerrada. Ha sido trasladada a una unidad de psiquitría de un hospital de La Coruña.

La concejala responsable de los servicios de La Coruña, María Ferreiro, declaró a la Cadena SER que la madre no supo dar unas explicaciones coherentes y que se limitó a señalar que a los cuatro años su hija se metió en al agujero y no hubo manera de sacarla. Añadió que, por increible que parezca, "lo veían como normal".