Un equipo de los Tedax, expertos policiales en explosivos, se presentaron de inmediato en el lugar del hallazgo y procedieron a la desactivación de las granadas de mano.

Según los primeros indicios, las granadas proceden de un centro militar y se especula que la persona que las robó tuvo miedo de que le descubrieran, por lo que abandonó los explosivos.

Otra de las hipótesis de trabajo de la policía es que las granadas llegasen a la isla en un barco y que quienes las transportaban se viern en apuros y las abandonaron.

Tras este descubrimiento, a primera hora de la mañana, la policía procedió a acordonar la zona por si se encontrara en las inmediaciones otros explosivos o si estallaban las granadas que estaban siendo desactivadas.