ENDEN PARTICIPACIONES DE LOTERIA DE NAVIDAD CON UN NUMERO DIFERENTE AL DEL DECIMO
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El aumento de trabajo que registran por estas fechas los talleres de imprenta puede llevar a equívocos como el ocurrido en el pueblo malagueño de Canillas del Aceituno, donde se han vendido participaciones de lotería de Navidad con un número diferente al que llevaba el décimo adquirido en la administración de lotería.
Don Carlos, cura párroco de la localidad, preocupado por el estado runoso de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, emprendió la aventura de recaudar fondos y comenzar así la restauración del conjunto arquitectónico eclesial.
Así, según informaron vecinos del pueblo y, al parecer, con dinero propio, el sacerdote se lanzó a la empresa y compró varios décimos del sorteo de la lotería de Navidad en la vecina población de Vélez Málaga.
Practicamente, y sin peder el tiempo, el cura recurrió a una imprenta para encargar los talonarios de las participaciones con el fi de venderlas cada una a 160 pesetas, bajo el título de "Pro-reforma de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario".
Días después, las papeletas con el 32.332 comenzaron a ser vendidas en los establecimientos públicos de Canillas del Aceituno, así como en las poblaciones limítrofes.
Sin embargo, el párroco, hombre a quien los vecinos consideran bastante maduro, pese a su juventud, no quiso comenzar a cerrar cuentas hasta comprobar todos los listados de talonarios y números.
La sorpresa del scerdote estalló al comprobar que el número adquirido en la administración de lotería de Vélez no era el que figuraba en sus papeletas.
Quizá, por las prisas del encargado del taller de imprenta, o bien por un despiste del operario, el número que aparecia en las participaciones (32.332) no era el que el sacerdote había adquirido, a la postre el 32.335.
El fervor popular entorno a la patrona de Canillas del Aceituno, así como la costumbre constatada en el pueblo de regalar lotería a los familiares ue residen en distintos puntos de España, explica que el número erróneo esté muy repartido.
Don Carlos, presto a evitar lo que podría ser una equivocación de difícil solución, acudió a una notaria a informar sobre loocurrido ydispuesto a que oficialmente quedase confirmación de su rectitud de intencines cuando encargó la edición de las participaciones en la imprenta.
(SERVIMEDIA)
21 Dic 1991
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