Así lo precisó este jueves Fundación Adecco en un comunicado en el que subrayó que el índice alcanzado en 2023 es, además, hasta 27,5 puntos superior que hace una década, cuando se situaba en un 109,9%.

Por comunidades autónomas “vuelven a liderar el ranking” de envejecimiento Asturias (249,2%), Galicia (218%) y Castilla y León (217,1%), que cuentan con más del doble de población mayor de 64 años que menor de 16. En el extremo opuesto, solo Ceuta (64,8%), Melilla (52%) y Murcia (94%) registran índices inferiores al 100%, es decir, aún presentan mayor proporción de personas jóvenes.

El análisis del Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco a partir de los datos del INE refleja la evolución del índice de envejecimiento de la población en España desde el año 1999 y en él “contrasta” la cifra actual (137,3%) con la de 1999, cuando aún había mayor población menor de 16 que mayor de 64, con un índice de envejecimiento del 99%.

“A partir del año 2000 España es ya un país envejecido, con una tasa de envejecimiento que supera el 100% y que aumenta velozmente cada año”, sentenció la fundación, al tiempo que puntualizó que el envejecimiento “no ha dejado de incrementarse durante las últimas décadas, haciéndose especialmente evidente a partir de 2010”.

ENVEJECIMIENTO IMPARABLE

Para la fundación, este “envejecimiento imparable” es “fruto” de la “confluencia” de una tasa de natalidad “en mínimos históricos” y una esperanza de vida que “tiende al alza”, teniendo en cuenta que en 2022 el número de nacimientos en España anotó la menor cifra de toda la serie histórica (329.251), mientras que la esperanza de vida alcanzó una cifra récord de 83,1 años.

En este contexto, se mostró convencida de que el nuevo “récord de envejecimiento” vuelve a “posicionar” a la población activa mayor de 50 años como “imprescindible y estratégica” para la “competitividad” de las empresas y del país y consideró su “discriminación” como “un absoluto contrasentido”.

A este respecto, el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, subrayó que medidas como la elevación de la edad de jubilación “buscan adaptarse a la realidad demográfica y preservar los sistemas de bienestar social”. “Sin embargo, la exclusión laboral por edad, que lamentablemente aún sigue produciéndose, contradice estos esfuerzos, limitando la contribución de una fuerza laboral creciente y que ya supone el 34% de la población activa”, abundó.

Junto a ello, defendió que, en este “escenario de envejecimiento desbocado”, la “sostenibilidad” del Estado del Bienestar “va a depender de nuestra capacidad para generar empleo de calidad que lleve las cifras de afiliación a su máximo nivel”.

ENSANCHAR COTIZANTES

“Es fundamental ensanchar la base de cotizantes, estimulando la participación laboral de las personas tradicionalmente inactivas, como las personas con discapacidad, mujeres sénior o población rural, así como realizar una adecuada gestión de la migración para convertirla en una ventaja competitiva, dada su capacidad para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente y teniendo en cuenta su potencial para mejorar nuestra posición competitiva global”, sentenció.

Entre las “cinco razones por las que apostar por el talento sénior”, la fundación destacó que las empresas son “más competitivas en el contexto ‘silver economy’’, así como el valor del talento vinculado a la “riqueza experiencial y cognitiva” de las personas sénior, la “justicia social” que implica su integración en el mercado laboral, así como la necesidad de “no renunciar a una fuerza laboral creciente y dominante”, además de la necesidad de proporcionar a estas personas un envejecimiento activo y saludable.