Escrivá ha participado en el I Foro sobre los retos de la formalización laboral en Iberoamérica, celebrado en Bogotá (Colombia) este jueves y viernes.

En este encuentro, organizado por la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), Escrivá ha intervenido en el panel “Experiencias de países iberoamericanos”, junto con sus ministros homólogos de Costa Rica, El Salvador, Perú y República Dominicana y el secretario de Estado de Seguridad Social de Portugal.

Escrivá puso el acento en “la necesidad de reducir la desigualdad con políticas bien diseñadas y aportar certidumbres contra la incertidumbre” ante el actual contexto de tensiones inflacionistas.

Explicó la experiencia de España en los últimos años en el diseño de políticas que han logrado reforzar el compromiso social con el estado del bienestar: “Con la pandemia, nos conjuramos para proteger las rentas y los empleos con medidas como los ERTE, el cese de actividad de los autónomos o la incapacidad temporal por covid, políticas con las que toda la sociedad percibió los beneficios de participar en la economía formal, que otorga mejores prestaciones a los que más han aportado”, señaló.

Esa protección social, sumada a medidas como la reforma laboral de 2021, “ha propiciado el afloramiento de la economía y el refuerzo de los ingresos tributarios y por cotizaciones a la Seguridad Social, lo que permite a su vez acometer nuevas políticas de protección como la revalorización de las pensiones conforme al IPC, con la que los 10 millones de pensionistas van a ver totalmente protegido su poder adquisitivo. Se genera así un círculo virtuoso que refuerza al estado del bienestar”, aseveró el ministro.

"HISTORIAS DE ÉXITO"

Escrivá realzó el papel del Ingreso Mínimo Vital (IMV) en ese fortalecimiento de la protección social, una política que destacó que ya ha alcanzado a más de 500.000 hogares y “en la que seguimos trabajando para que llegue a todos los que tiene que llegar, generando incentivos positivos para facilitar el tránsito a la economía formal”, como el recientemente aprobado incentivo al empleo. Este incentivo garantiza a los perceptores del IMV que consigan trabajo -o aumenten el número de horas trabajadas, si ya tenían empleo- que su renta disponible aumentará.

El ministro remarcó la importancia de la tecnología en la puesta en marcha de nuevas prestaciones o en la mejora de las existentes, con mecanismos como el cruce de datos entre instituciones o la simplificación de los trámites entre administraciones y ciudadanos. “Buena parte de la economía está formada por pymes y autónomos y hay que facilitarles la vida con procedimientos flexibles, amistosos, que puedan hacerse por el móvil. Que las complicaciones no impidan el acceso a las prestaciones”, añadió.

Escrivá resumió la experiencia “de éxito” española asegurando que se apoya en “políticas focalizadas, concretas, que generan historias de éxito que permiten apreciar los beneficios de formar parte de la economía formal. A la vez, hay que trabajar de forma muy empática con todos, sobre todo con los más vulnerables: hay que ponerles fácil el acceso a las políticas de apoyo, y para ello tienen que percibir los beneficios tanto en las prestaciones como en la gestión”.