Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada en enero del último decenio es de 7.734 hectáreas. Los mejores años fueron 2018 (1.742,04 hectáreas), 2016 (1.173,58) y 2015 (1.177,77), y los peores, 2019 (17.908,16), 2017 (11.343,53) y 2021 (10.466,38).

Enero y febrero registraron 759 siniestros forestales, de los que 346 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 413 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,031% del territorio nacional, un total de 2.380,82 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 5.499,76 hectáreas de matorral y monte abierto, y 639,23 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 56,79% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se reparten entre el área mediterránea, con un 29,51%; las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 13,31, y Canarias, con un 0,40%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 83,44% pertenece al noroeste; un 10,22% al área mediterránea, y un 6,33% a las comunidades interiores.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (92,28%), por delante de la cornisa mediterránea (3,09%), las comunidades interiores (1,62%) y Canarias (0,01%).