Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada entre enero y marzo del último decenio es de 15.553 hectáreas. Los mejores años fueron 2016 (2.141,08 hectáreas), 2018 (4.717,76) y 2015 (5.901,36), y los peores, 2019 (35.668,98), 2017 (23.025,57) y 2014 (21.581,75).

Durante el primer trimestre se registraron 1.169 siniestros forestales, de los que 494 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 675 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,036% del territorio nacional, un total de 2.472,55 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 6.451,70 hectáreas de matorral y monte abierto, y 979,96 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 50,90% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se reparten entre el área mediterránea, con un 29,94%; las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 18,73%, y Canarias, con un 0,43%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 82,57% pertenece al noroeste; un 10,57% al área mediterránea, y un 6,85% a las comunidades interiores.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (84,89%), por delante de la cornisa mediterránea (10,24%), las comunidades interiores (4,86%) y Canarias (0,01%).