Salud

España registró diez casos de difteria entre 2014 y 2020, uno de ellos con resultado de muerte

Madrid
SERVIMEDIA

España conoció diez casos de difteria toxigénica entre 2014 y 2020, siete producidos por ‘C. diphtheriae toxigénico’ (cuatro de ellas de localización cutánea y tres con síntomas respiratorios, entre ellos un caso grave en un niño no vacunado que falleció) y tres ocasionados por ‘C. ulcerans’ (dos de localización cutánea y otro con clínica respiratoria leve).

Así consta en el informe sobre la situación de la difteria en España, enmarcado en el trabajo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave), que ha elaborado el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), a través de un equipo formado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y del Centro Nacional de Microbiología (CNM).

La difteria es una enfermedad grave prevenible con la vacuna, que protege de manera muy efectiva frente a la variante grave. En España, la vacunación contra de difteria se introdujo en la década de 1960 y, gracias al alto nivel de inmunidad alcanzado entre la población, es una patología infrecuente en el país.

El informe publicado por el ISCIII describe las características clínicas, epidemiológicas y microbiológicas de las cepas de ‘Corynebacterium diphtheriae’, ‘C. belfantii’, ‘C. rouxii’ y ‘C. ulcerans’, tanto toxigénicas como no toxigénicos, identificadas en el CNM.

De este modo, se han analizado 46 casos aislados de las especies de ‘Corynebacterium’ potencialmente toxigénicas: 26 se clasificaron como ‘C. diphtheriae’ (siete toxigénicas); 14 como ‘C. belfantii’; cinco como ‘C. ulcerans’ (tres toxigénicas); y uno como ‘C. rouxii’.

Además, se detectó una cepa de ‘C. diphtheriae’, que se clasificó como portadora del gen de la toxina, pero sin capacidad para expresar toxigenicidad.

La edad de los pacientes en los que se aislaron cepas toxigénicas y no toxigénicas varió entre el año y los 89 años, siendo el 60,8% de ellos hombres. En cuanto a la presentación clínica, para todas las cepas analizadas el síntoma más frecuente fue la lesión cutánea, seguido de problemas respiratorios, con osteomielitis y endocarditis, como sintomatología menos frecuente.

Por su parte, se registraron diez casos de difteria toxigénica, siete producidos por ‘C. diphtheriae toxigénico’ (cuatro de ellas de localización cutánea y tres con síntomas respiratorios, entre ellos un caso grave en un niño no vacunado que falleció) y tres ocasionados por ‘C. ulcerans’ (dos de localización cutánea y otro con clínica respiratoria leve).

A su vez, el 78,6% de las cepas de ‘Corynebacterium’ aisladas mostraron resistencia a la penicilina, mientras que el 100% se mostraron sensibles al tratamiento con eritromicina. Gracias a los estudios de secuenciación genómica se ha podido determinar que no hay clones específicos circulantes.

Ante esta situación, las autoras del estudio pusieron de manifiesto la importancia de mantener altas las coberturas de vacunación para fortalecer la inmunidad de la población frente a la difteria, cumpliendo siempre con las dosis del calendario común de vacunación para toda la vida recomendado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Para la vacunación contra la difteria se recomienda inocular tres dosis en el primer año de vida, y dosis de recuerdo en la infancia, en la adolescencia y en torno a los 65 años.

Del mismo modo, la vacunación de personas que viajan a zonas endémicas y de trabajadores sanitarios es especialmente importante.

Por último, el informe señala la importancia de reforzar el conocimiento de los profesionales de la medicina asistencial, la epidemiología y la microbiología para identificar, notificar, aislar, confirmar en el laboratorio y realizar el estudio de contactos de los pacientes con sospecha clínica de difteria.

(SERVIMEDIA)
09 Mar 2022
MST/gja