El portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, aportó esas consideraciones este lunes en una rueda de prensa telemática en la que ofreció datos del año hidrológico 2022-23, la situación de sequía meteorológica y la predicción general del tiempo para los próximos meses.

El pasado año hidrológico (del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023) tuvo 560,7 litros por metro cuadrado de precipitación sobre la España peninsular, cuando lo normal son 640. Por tanto, llovió un 12% menos de lo normal y ese año hidrológico fue el duodécimo más seco desde 1961 y el sexto menos lluvioso en lo que va de siglo.

España entró a finales del año pasado en sequía meteorológica de larga duración y continúa actualmente en esa situación. No es una novedad, puesto que ya hubo otras en 1975, entre 1982 y 1984, de 1993 a 1996 (que fue la más intensa y larga), entre 2006 y 2007, y de 2017 a 2019.

La sequía actual es más acusada en amplias zonas del tercio norte y la mitad sur peninsular, así como Canarias. “En algunos puntos de la vertiente mediterránea, en cambio, estos últimos tres años han sido incluso más lluviosos de lo normal”, precisó Del Campo.

Además, la sequía meteorológica duradera es ya la más larga en las cuencas de acumulación (similares a las hidrográficas) del Guadiana, el Guadalquivir y el sur de la península desde al menos 1961. La escasez de lluvias en estas zonas comenzó en la primavera de 2016.

Y resulta ser la más intensa en la cuenca del Pirineo oriental y la segunda de mayor intensidad en la del Ebro desde 1961.

PREVISIÓN

Por otro lado, la predicción de la Aemet es que hay entre un 40% y un 50% de probabilidades de que llueva más de lo normal entre noviembre de este año hasta febrero de 2024, mientras que existe entre un 60% y un 70% de probabilidades de que esos meses sean más cálidos de lo habitual.

Preguntado por si las lluvias del otoño pueden paliar la sequía, Del Campo precisó que en los dos últimos años se acumularon cerca de 230 litros por metro cuadrado menos de precipitación en el conjunto de España.

“Si queremos que entre el otoño y el invierno volvamos a los valores normales, la cuenta rápida es que tendrían que caer 230 litros por metro cuadrado más y eso desde 1961 solo ha pasado una vez: en 1965. ¿Qué quiere decir esto? Que para que se superase la sequía meteorológica tendríamos que tener un otoño y un invierno muy lluviosos, entre los dos más lluviosos de toda la serie histórica”, resumió.