Enel seminario, organizado por la Asociación Española de Estudios de Mercado, Marketing y Opinión (ADEMO), Arango analizó algunos rasgos fundamentales de la cultura política de los españoles, que oscilan entre su desconfianza ante los partidos políticos y el respeto a las instituciones básicas de la democracia.

Según el presidente del CIS, las reflexiones sobre la cultura politica pueden constituir un elemento útil para entender las claves de malestar de las democracias consolidadas y acercarse a lo quedefinió como "crisis de la representación".

A pesar de que para saber cÓmo son políticamente los españoles se necesitaría una perspectiva comparada para la que no existen suficientes datos y más análisis de por qué son así, qué consecuencias se derivan de ello y hasta qué punto han influido en su comportamiento los condicionantes históricos, Arango adelantó varias hipótesis desde el "observatorio privilegiado" que constituye el CIS.

Uno de los rasgos fundamentales que destacó en su intervención fe la pasividad y apatía de los españoles frente a la política. El total de los que manifiestan su interés nunca sobrepasa el 25 por ciento, seguido de un segmento muy amplio que se caracteriza por su indiferencia, aburrimiento, desconfianza y un porcentaje reducido que declara sentimientos de hostilidad.

No obstante, el presidente del CIS señaló que este tipo de declaraciones había que tomarlas con cierto distanciamiento crítico, puesto que cuando se pregunta a los ciudadanos por otras cuestiones, másallá de su interés por la política, se pronuncian con detalle sobre muchos aspectos públicos y sectoriales.

Las cifras de desmovilización política facilitadas por el presidente del CIS apuntan en la misma dirección. El porcentaje de los que afirman tener algún tipo de comportamiento político activo no es superior al 10 por ciento, baja al 5 por ciento en el caso de implicaciones directas y se sitúa en torno al 3 por ciento para los que mantiene actividades relacionadas con partidos.

Sin embargo, sta falta de motivación no parece ser un impedimento para que los españoles quieran ser consultados siempre, incluso "aunque ello suponga un retraso en la actuación de los poderes públicos".

El valor que los entrevistados otorgan a la honradez en política es siempre predominante, superando en una relación de 1 a 3 a cualidades tales como "la capacidad para resolver problemas". Esta baja valoración de los políticos contrasta con la valoración positiva que los entrevistados hacen de las transformacionesde la España contemporánea.