La sala del TEDH que habría tenido que pronunciarse sobre este asunto decidió el pasado verano que fuera la Gran Sala, formada por 17 jueces, la que resuelva este caso, al considerar que el asunto merece un análisis pormenorizado para no generar contradicciones.

Rosa Edelmira Pindo Mulla, una ciudadana ecuatoriana, demandó a España por haber recibido, en junio de 2028, una transfusión de sangre en el Hospital de Soria pese a haber entregado en el centro sanitario tres documentos en los que manifestaba su rechazo a recibir transfusiones de sangre, incluso en caso de peligrar su vida, y autorizaba cualquier otro tratamiento.

La paciente sufrió una hemorragia cuando ya estaba ingresada y tuvo que ser trasladada a un hospital en Madrid, donde los sanitarios fueron informados de que era testigo de Jehová. A la vista de que podía morir, los anestesistas contactaron con el juez de guardia que no tuvo información sobre la identidad de la paciente, ni sobre sus deseos, por lo que autorizó cualquier procedimiento para salvarle la vida.

Los sanitarios le practicaron una operación y no le informaron de la autorización dada por el juez, aunque la paciente estaba consciente antes de entrar al quirófano. Pindo recurrió después la decisión del juez y recurrió hasta el Tribunal Constitucional, que desestimó sus demandas. Ahora, el TEDH deberá determinar si se violaron sus derechos y si se le podría haber administrado un tratamiento que estuviera en consonancia con sus creencias.