Este proyecto podría entrar en funcionamiento en el plazo de un año y medio, con un coste inferior a los 8.000 millones de pesetas, que sería financiado a través de las aportaciones de las empress privadas interesadas en operar a través de esta red.

El modelo que está siendo debatido propone la puesta en marcha de una televisión interactiva, mediante la instalación de una red local de banda ancha.

Esto permitiría la participación activa de los madrileños en su programación, así como la ultilización de la red para otro tipo de servicios, como la realización de encuestas entre los residentes de la capital.

A juicio de los organizadores, esa versatilidad del proyecto incrementaría el úmero de canales de televisión que reciben los madrileños mediante la distribución a través del cable de las emisiones vía satélite de distintas cadenas internacionales.