Lo hicieron a través de un comunicado después de que este domingo concluyera la elección de plazas FSE-MIR de los presentados a este examen en la última convocatoria, en la que a pesar de ofertarse la mayor oferta de plazas de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (2.455), quedaron vacantes 202, siendo la única rama en la que ocurrió.

Los estudiantes de medicina consideraron que uno de los “detonantes principales” que ha provocado esta situación ha sido el sistema de adjudicación “impuesto” por Sanidad desde la pandemia, el cual ha obligado a los médicos presentados al examen a “hacer una lista cerrada de especialidad y lugar para hacer la residencia, no siendo posible la selección a tiempo real”.

A ello se suma la “precariedad económica y social” de los contratos de Atención Primaria, lo que se traduce en una “gran desigualdad de salarios” entre los Facultativos Especialistas de Área de esta rama y los de especialidades hospitalarias; una “difícil conciliación familiar”, motivada por “no tener un horario fijo (incluyendo nocturnidad) a nivel laboral y que éste esté sobredimensionado por la alta cantidad de horas trabajadas a la semana”; y una “masificación de las consultas de los centros de salud o centros de Atención Primaria y enorme presión asistencial, dando lugar al síndrome de ‘burnout’ en una alta tasa de profesionales”.

A su vez, la CEEM también justificó esta situación en el hecho de que la calidad de vida en las zonas rurales no se la óptima, a la “falta de formación práctica en medicina rural durante el grado” y a la “precaria formación teórica en medicina familiar y comunitaria”.

Para revertir esta situación, este colectivo exigió que Sanidad garantice un sistema de elección de plazas “a tiempo real” y que “se mejore la calidad y cantidad de las contrataciones médicos internos residentes y que “se mejore la calidad y cantidad” de las contrataciones de MIR y Facultativos Especialistas de Área.

En cuanto a la formación en medicina familiar y comunitaria durante la carrera, los estudiantes de medicina reclamaron un “seguimiento continuado de la situación en la que se encuentra la incorporación de la Atención Primaria a las facultades de medicina españolas”, la creación de órganos docentes específicos que “aseguren la calidad e instauración de la docencia en Atención Primaria” y contar con los “recursos necesarios” para el número de profesores titulares y catedráticos de esta especialidad y de asociados y colaboradores sea el “adecuado para asegurar un correcto cumplimiento de las competencias formativas” en esta rama.

Del mismo modo, solicitaron la puesta en marcha de un “área de competencias en medicina de familia y la definición de competencias específicas de pediatría en Atención Primaria en la formación pregrado, adecuando los criterios de acceso a la docencia universitaria a la realidad” de esta especialidad, “afianzar la figura del centro de salud junto con la del hospital universitario como idóneo para el aprendizaje”, que los especialistas en esta rama “se incorporen a la docencia de temas de su ámbito en diversas asignaturas, con el correspondiente reconocimiento”, reflexionar sobre el “enfoque” del Grado de Medicina, la implicación de las facultades como un “organismo que fomente la Atención Primaria entre el estudiantado y la sociedad”, la incorporación de “métodos de examinación más próximos a la realidad médica y al trato con el paciente”, una “formación longitudinal y actualizada sobre las enfermedades prevalentes y emergentes” en la especialidad, una “formación en aspectos psicosociales de los individuos y los colectivos con el fin de entender y poder atender las diferentes realidades de las personas” y “prácticas y competencias específicas” en la Atención Primaria en el ámbito rural ante “la falta de visibilización” de este sector durante la formación universitaria.