La investigación fue dirigida por June Reinisch, director emérito de The Kinsey Institute of Research in Sex, Gender and Reproduction, y ha sido publicada en Archives of Internal Medicine.

Según las conclusiones del estudio, ls personas que habitualmente beben vino cuentan con un nivel adquisitivo mayor, lo que se traduce en una mayor educación, una dieta más sana y consultas más frecuentes con el médico.

Sin embargo, algunos expertos siguen considerando el vino, en cantidades moderadas, como una fuente de salud. El doctor Goldfinger, cardiólogo estadounidense, ha afirmado que claramente existen beneficios en el consumo moderado de vino y no hace falta ser rico para disfrutar de ellos.