Biodiversidad
Un estudio sobre gorilas revela complejos pros y contras de la amistad

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La amistad tiene ventajas y desventajas complejas, lo que posiblemente explique por qué algunos individuos son menos sociables, según un nuevo estudio sobre gorilas.
Un equipo de científicos examinó más de 20 años de datos sobre 164 gorilas de montaña salvajes para ver cómo su vida social afectaba su salud. Los costes y beneficios cambiaron dependiendo del tamaño de los grupos de gorilas y fueron diferentes para machos y hembras.
Por ejemplo, las hembras amigables en grupos pequeños no se enfermaban muy a menudo, pero tenían menos crías, mientras que las de grupos grandes se enfermaban más, pero tenían tasas de natalidad más altas.
Mientras tanto, los machos con fuertes vínculos sociales tendían a enfermarse más, pero tenían menos probabilidades de resultar heridos en peleas.
El estudio, realizado por el Dian Fossey Gorilla Fund y las universidades de Exeter (Reino Unido) y Zúrich (Suiza), y publicado este lunes en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, puede ayudar a explicar por qué ha evolucionado una gama tan amplia de rasgos en los animales sociales, incluidos los humanos.
“Tener muchas relaciones sociales fuertes suele ser muy bueno, pero a veces no lo es”, según Robin Morrison, autora principal del artículo e investigadora de la Universidad de Zúrich.
Morrison añade: “Nuestro estudio encontró que los vínculos sociales fuertes y estables generalmente están relacionados con menos enfermedades en las gorilas hembras, pero más enfermedades en los machos. No podemos estar seguros de por qué sucede esto, pero parece que no es una simple cuestión de contacto social que conduzca a un mayor riesgo de enfermedad”.
Esta investigadora subraya: “Es posible que los machos gasten más energía al tener vínculos sociales estrechos, ya que tienen que defender a las hembras y a las crías, y el estrés que esto genera puede reducir su función inmunológica”.
El estudio se centró en la fuerza de los vínculos sociales clave de cada gorila y su integración en el grupo, junto con un contexto más amplio como el tamaño del grupo, la estabilidad y el conflicto con otros grupos. Los hallazgos resaltan las fuerzas que afectan la evolución del comportamiento social.
“Con estas fuerzas empujando en diferentes direcciones, el tipo social 'óptimo' dependerá del sexo, la edad, la descendencia y el grupo social más amplio del individuo”, indica Sam Ellis, de la Universidad de Exeter, quien agrega: “En los humanos y otros mamíferos sociales, el entorno social es uno de los predictores más fuertes de la salud y la esperanza de vida”.
El estudio demuestra que no se trata simplemente de que tener más y más vínculos sociales siempre sea mejor. En algunas situaciones, rasgos sociales que antes se consideraban desadaptativos pueden tener importantes beneficios.
El análisis se basa en observaciones a largo plazo de gorilas de montaña en el Parque Nacional de los Volcanes (Ruanda), que normalmente viven en grupos de unos 12 con un solo macho dominante.
VARIADA VIDA SOCIAL
El estudio describe algunos casos. Gutangara, una hembra adulta, vive en uno de los grupos de gorilas más grandes. Mantiene una buena relación con muchos gorilas, pero pasa la mayor parte del tiempo con sus crías, algunas aún jóvenes y otras ya adultas. Es la madre gorila más exitosa que han visto los investigadores, con ocho crías supervivientes.
Maggie era la gorila hembra de mayor rango del grupo Bwenge. Era una de las más agresivas del grupo, pero también ofrecía apoyo amistoso con rapidez, como acicalamiento. Solía liderar las interacciones del grupo y actuar como protectora, un rol generalmente asumido por los machos.
Cuando el macho dominante falleció inesperadamente, Maggie tomó las riendas, guiando al grupo hasta que se fusionó con un grupo vecino. Pero a Maggie le costó integrarse en este nuevo grupo y finalmente decidió marcharse. Viajó sola durante un mes hasta que cruzó al Congo, donde se perdió su rastro.
Titus, un gorila de montaña macho adulto de espalda plateada, tuvo una infancia difícil. Perdió a su padre y a muchos otros miembros del grupo a manos de cazadores furtivos, y su madre murió cuando solo tenía cuatro años. Se convirtió en el macho dominante de su grupo a la temprana edad de 15 años.
Además, Titus poseía un estilo de liderazgo inusual y era excepcionalmente amable y tranquilo. Mantenía relaciones más estrechas con las hembras de su grupo, quienes a menudo mantenían contacto físico con él, algo que rara vez se observaba en otros grupos. Su carácter amable lo hacía muy atractivo para las hembras y contribuyó a que se mantuviera como macho dominante durante 20 años hasta su fallecimiento en 2009.
Cantsbee, también de espalda plateada, lideró su grupo durante 22 años -el periodo de dominio más largo jamás registrado- y tuvo al menos 28 crías. Era conocido por su carácter autoritario pero pacífico, rara vez iniciaba o participaba en peleas, pero era rápido para proteger a los demás y resolver conflictos dentro del grupo.
Mantenía una relación particularmente estrecha con su hijo Gicurasi, cuya madre lo abandonó cuando era joven, y quien finalmente asumió el liderazgo del grupo en los últimos años de Cantsbee. Cuando este enfermó posteriormente, decidió abandonar el grupo y pasó sus últimos meses solo, salvo por una breve visita al grupo poco antes de su muerte.
(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2025
MGR/clc