Medio ambiente

La Eurocámara aprueba restaurar al menos un 20% del suelo y el mar hasta 2030

- Avala suspender de forma extraordinaria que no se haga en zonas agrícolas

- La Ley de Restauración de la Naturaleza queda pendiente de la aprobación del Consejo de la UE

MADRID
SERVIMEDIA

El Pleno del Parlamento Europeo dio luz verde este martes al acuerdo pactado por los negociadores de esta institución y el Consejo de la UE sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza, que supone la puesta en marcha de medidas de recuperación de al menos un 20% de las zonas terrestres y marítimas dañadas hasta 2030, y de todos los ecosistemas que lo necesiten hasta 2050.

La postura de la Eurocámara contó con 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones. La norma queda pendiente del último trámite de validación del Consejo de la U antes de que sea publicada en el Diario Oficial de la UE y entre en vigor 20 días después.

Más del 80% de los hábitats europeos están en mal estado. La Comisión propuso el 22 de junio de 2022 una Ley de Restauración de la Naturaleza para favorecer la recuperación a largo plazo de los ecosistemas terrestres y marinos deteriorados, alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE y cumplir sus compromisos internacionales.

Para ello, los países comunitarios deben restaurar al menos un 30% de los hábitats contemplados en la nueva ley (desde bosques, pastizales y humedales hasta ríos, lagos y lechos coralinos) para que pasen de un estado deficiente a uno bueno en 2030, porcentaje que pasará al 60% en 2040 y al 90% en 2050.

Los países de la UE deberán dar prioridad a las zonas de la Red Natura 2000 hasta 2030. Cuando un área se encuentre en buenas condiciones, velarán por que no se deteriore de manera considerable. Y tendrán que adoptar planes nacionales de restauración que detallen cómo pretenden alcanzar los objetivos de la ley.

AGRICULTURA

Con vistas a mejorar la biodiversidad de los agroecosistemas, los países de la UE avanzarán en dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de los pastizales, la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas muy diversas y las reservas de carbono orgánico en suelos minerales de tierras de cultivo.

Además, deben adoptar medidas para aumentar el índice de aves comunes ligadas a medios agrarios, ya que estos animales son buenos indicadores del estado general de la biodiversidad.

Dado que la restauración de las turberas drenadas es una de las formas más rentables de reducir las emisiones en el sector agrícola, los países de la UE deben restaurar al menos un 30% de esas zonas (como mínimo deberá rehumedecerse una cuarta parte), un 40% de aquí a 2040 y el 50% en 2050 (cuando habrá que rehumedecer al menos una tercera parte).

El proceso de rehumidificación seguirá siendo voluntario para los agricultores y propietarios particulares.

A petición del Parlamento Europeo, la ley incluye un “freno de emergencia” que permitirá suspender los objetivos para los agroecosistemas en circunstancias extraordinarias si merman en gran medida las tierras necesarias para una producción suficiente de alimentos para el consumo de la UE.

OTROS ECOSISTEMAS

Por otro lado, la ley exige una evolución positiva de varios indicadores en los ecosistemas forestales y que se planten 3 000 millones de árboles más.

Los Estados miembro también tendrán que convertir al menos 25.000 kilómetros de ríos en cauces libres y garantizar que no se produzca una pérdida neta de la superficie nacional total de espacios verdes urbanos y de cubierta arbórea urbana.

Tras la votación, el ponente César Luena (S&D, España), declaró:

“Hoy es un día importante para Europa: de la protección y conservación de la naturaleza pasamos a la restauración. La nueva ley nos ayudará a cumplir muchos de nuestros compromisos internacionales en materia medioambiental”, indicó el eurodiputado César Luena, ponente de la iniciativa.

Luena añadió: “El reglamento servirá para recuperar los ecosistemas degradados al tiempo que respetará al sector primario al dar flexibilidad a los Estados miembro. Debemos dar las gracias a la comunidad científica por luchar contra el negacionismo climático y aportar las evidencias, y a la juventud por recordarnos que no hay planeta B ni plan B”.

(SERVIMEDIA)
27 Feb 2024
MGR/gja