El informe solicita la limitación de las emisiones sonoras de los aviones mediante normas más severas de certificación, además, de programas de eliminación progresiva de los aviones más antiguos, así como medidas de planificación operacional y de acondicionamiento del terreno en los aeropuertos.

La comisión parlamentaria insiste en que la UE apoyea la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en su proceso de revisión de los niveles de contaminación acústica, sobre todo en las zonas más industrializadas y con alta densidad de población. Además, sería conveniente adoptar objetivos comunitarios en materia de exposición a la contaminación acústica nocturna para 2002.

Por otra parte, la comisión parlamentaria opina que sería necesario imponer una tasa sobre queroseno para todas las líneas aéreas explotadas con salida desde alguno de los aíses de la UE, siempre que los acuerdos bilaterales o internacionales lo permitan. En el caso de que no fuera posible, se impondría un impuesto ecológico fundamentado en el principio de "quien contamina paga".