Von Weizsacker hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa ofrecida junto co el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en la sede del Gobierno catalán, un día antes de recibir el VII Premio Internacional Cataluña 1995, que compartirá con el presidente de la República Checa, Vaclav Havel, y que les entregará la reina Sofía.

El ex presidente alemán expresó su apoyo a los políticos que "tienen el coraje y toman la decisión de decir cosas incómodas" y que no buscan el aplauso de los electores, aunque añadió que "es también legítimo que quieran ver cómo piensan sus pueblos". Según dijo, durante los años de guerra fría era fácil tener unos determinados valores porque había un enemigo claro, pero ahora hacía falta aprovechar la nueva libertad y además, existen "retos difíciles" en Europa.

Von Weizsacker afirmó estar muy agradecido por la concesión del premio y elogió el papel de la historia y de la situación económica y política de Cataluña en Europa.

Pujol, por su parte, se refirió, durante la presentación del acto, a la necesidad del continente de "nuevas ideas, poyectos y personas con credibilidad para movilizar a la gente", en un momento en que "nuestro prestigio no es suficiente", refiriéndose a la clase política.