Según el comité de empresa y las secciones sindicales de UGT y CCOO en el Patronato, "son públicas y notorias las trabas eimpedimentos que esta empresa ha puesto al mencionado trabajador hasta concluir en su despido".

Los sindicatos aseguran que los responsables municipales comunicaron verbalmente al empleado, cuando solicitó su readmisión, que no existía vacante en plantilla y le amenazaron con convertirse en el primer trabajador que iban a despedir en una futura reducción de empleados.

Meses después, los responsables del organismo abrieron expediente disciplinario a Gil alegando presuntas irregularidades: falta deasistencia al trabajo y retrasos en la hora de entrada, a pesar, según el comité, de que el convenio del Patronato regula estas faltas como leves, por lo que no podrían ser motivo de despido.

La expulsión del trabajador coincide con la apertura de otros cinco expedientes a otros tantos trabajadores del organismo municipal, y con la negociación de la baja laboral de una trabajadora de esta misma entidad.

Para el comité de empresa, los dirigentes de este organismo público "están actuando de manera rbitraria y realizando una persecución y seguimiento de los trabajadores digna de tiempos pasados, inadmisible en las admnistraciones públicas progresistas".

Por su parte, el grupo de concejales de IU en Alcobendas ha exigido la reincorporación a su puesto de trabajo de Javier Gil, así como el abandono de prácticas tales como negociar con capital público la baja de trabajadores municipales a quienes la empresa no considera necesarios.

La presidenta del Patronato Sociocultural, Mercedes Jimenez, rtificó el despido de Gil, aunque reconoció que se han archivado los cinco expedientes abiertos al resto de los trabajadores.