Según la Federación Española del Vino, esta exportación supone unos ingresos para el sector de 170.000 millones de pesetas, un 9,6% más que en el 2000. Esta diferencia entre incrementos de volumen e ingresos se debe al abaratamiento de los precios.

El mayor incremento e las exportaciones se produjo en el vino de mesa, tanto a granel como embotellado, que subió un 25% y un 20%, respectivamente, mientras que los caldos con denominación de origen mejoraron sus exportaciones en un 15%.

Sin embargo, los mejores resultados se corresponden con los vinos con denominación de origen, que suponen ya el 49% del total de los caldos españoles destinados a la exportación.

En cuanto a los espumosos, mejoraron su nivel de exportaciones en un 10% respecto al 2000 en cuanto a volmen y un 7% en lo referido a ingresos.

Finalmente, por tipos, el vino tinto y rosado suponen el 83% de las exportaciones, mientras que el 17% restante se corresponde con los vinos blancos.