Según la FAPE, la decisión de las autoridades rusas de no renovarle el visado de reportero, necesario para ejercer su trabajo en Rusia, “supone un atropello a la libertad de información que la Asociación condena”, al tiempo que repudia las amenazas que recibió el periodista, "al decirle que debía abandonar el país en 24 horas, si no quería tener problemas".

Los representantes de los periodistas españoles afirmaron que “las trabas que las autoridades rusas imponen al ejercicio de la labor de los periodistas cuando tratan de informar de actividades de opositores al Gobierno de Vladimir Putin son las propias de un régimen dictatorial y persiguen evitar que el mundo conozca la realidad de lo que sucede en ese país”.