La llegada de esta estación acentúa los procesos alérgicos, especialmente los de las personas alérgicas al polen, por lo que las oficinas de farmacia se convierten en un importante factor de prevención.

Esta labor preventiva se concreta tanto en la derivación por parte del farmacéutico de pacientes alérgicos al profesional médico, como en la divulgación de medidas de tipo higiénico sanitario con el fin de evitar o reducir la exposición de los pacientes a las sustancias causantes de la reacción alérgica.

Además, recomiendan que se mantengan cerradas las ventanas de casa durante la noche, puesto que los pólenes son más abundantes de madrugada, y que se esté pendiente de los niveles de polen que publican los organismos oficiales.

También se aconseja que no se seque la ropa durante las fases máximas de polinización, puesto que muchas veces el polen queda atrapado en las prendas húmedas, que se evite cortar el césped y tumbarse sobre él, y que se acuda a la consulta del alergólogo.

MEDICAMENTOS

Aparte de las recomendaciones de carácter preventivo, los farmacéuticos subrayan la importancia de un control adecuado de los medicamentos para tratar las alergias, principalmente del uso de descongestivos y antihistamínicos.

A modo de ejemplo, señalan que los antihistamínicos pueden producir somnolencia en el paciente hasta el punto de incapacitarle para realizar actividades cotidianas como conducir.