Salud Pública
Farmaindustria da la bienvenida a la Agencia Estatal de Salud Pública
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Farmaindustria, tras la aprobación en el Pleno del Congreso de los Diputados de la Ley por la que se crea la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap) y se modifica la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, mostró su satisfacción por el texto aprobado y celebró la innovación incremental de los medicamentos, una reclamación histórica del sector.
Según informó Farmaindustria, la industria farmacéutica innovadora aplaudió la creación de la Aesap, “un organismo necesario” que permitirá a España prepararse mejor para afrontar futuras crisis sanitarias, como se puso de manifiesto durante la pandemia de la covid-19.
La Aesap tiene como objetivo también reforzar las capacidades del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas para mejorar la salud de la población y reducir las desigualdades, desde un enfoque holístico y transdisciplinar, bajo el principio de One Health (una sola salud), que integra la salud humana, la animal y el medioambiente, y considerando los determinantes sociales de la población.
Entre las funciones de la nueva Agencia figuran la información y comunicación pública sobre riesgos, una mayor coordinación y refuerzo de los servicios autonómicos y la centralización de la recogida de datos para cumplir con el principal objetivo de “mejorar la salud de la población, la equidad en salud y su bienestar y proteger a la población frente a riesgos y amenazas sanitarias”.
Además, ofrecerá asesoramiento técnico y científico, impulsará la innovación, la investigación y la formación en salud pública, y fomentará la cooperación entre los agentes del sistema.
FUTURAS CRISIS SANITARIAS
Desde Farmaindustria aseguraron que la Aesap es, por tanto, “una buena noticia para el Sistema Nacional de Salud y para la población en España. Farmaindustria y las compañías farmacéuticas que la integran quieren reiterar al Ministerio de Sanidad y a las autoridades sanitarias autonómicas su disposición para colaborar para que España esté preparada para afrontar futuras crisis sanitarias”.
Asimismo, destacaron el compromiso con la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos que permitan mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, y contribuir a que esos medicamentos lleguen a quienes los necesitan.
Igualmente, Farmaindustria aplaudió el reconocimiento que, al modificar la vigente ley del medicamento, otorga la nueva norma a la innovación incremental de los medicamentos, aquella que incluye desarrollos adicionales sobre fármacos ya existentes, como son nuevas formas de administración o formulaciones, combinación de medicamentos, modificaciones en la posología o en la cantidad de principio activo y nuevos usos de la medicación.
Esta era una reivindicación histórica de la industria farmacéutica, porque en España no existían incentivos para que las compañías farmacéuticas apostaran por este tipo de innovación, puesto que, como se produce sobre medicamentos ya existentes, “la Administración no la estaba valorando como se merece y la condenaba al sistema de precios de referencia, donde las nuevas formulaciones tienen el mismo precio de financiación que las convencionales y se someten a continuas revisiones de precio a la baja”, apuntaron desde Farmaindustria.
INNOVACIÓN INCREMENTAL
La falta de consideración de los beneficios reales, no sólo clínicos, sobre la innovación incremental suponía un obstáculo para el acceso de los pacientes a estos medicamentos, especialmente importantes para personas mayores, enfermos crónicos y polimedicados y niños.
Por ejemplo, la innovación incremental logró que una nueva forma farmacéutica en nanocristales permita a pacientes con esquizofrenia una liberación sostenida y, en consecuencia, su administración semestral. O un inhalador que combina dos principios activos para el tratamiento de pacientes con asma persistente que disminuye la tasa de abandono y mejora la adherencia al tratamiento.
Además, la innovación incremental es una buena opción de desarrollo industrial para determinadas compañías farmacéuticas de pequeño y mediano tamaño, en su mayoría de capital nacional, ya que es una forma más rápida y con menos riesgos con la que pueden compensar los mayores costes y tiempos que genera la innovación radical, que implica procesos de 8-10 años y más de 2.500 millones de euros de inversión.
Por tanto, aseguraron desde Farmaindustria, “este reconocimiento tendrá unas consecuencias directas en el tejido innovador y productivo de nuestro país, abriendo también las puertas a la exportación de algunas de estas innovaciones”.
Por último, esta ley reconoce una importante categoría de medicamentos para muchos pacientes: los denominados medicamentos estratégicos, imprescindibles desde el punto de vista clínico y vulnerables desde la óptica del suministro. La nueva norma permite reforzar la protección de estos medicamentos evitando que la continua erosión de precios los lleve a su inviabilidad comercial.
(SERVIMEDIA)
23 Jul 2025
ABG/gja