Al participar en las jornadas Metafuturo organizadas por Atresmedia, Feijóo se reafirmó en que él no está dispuesto a ser presidente del Gobierno a cambio de condiciones que vayan en contra de su país. “Y no todo debería valer. No todo vale”, advirtió al jefe del Ejecutivo en funciones y candidato del PSOE a la investidura.

“No todo vale para llegar a La Moncloa y lo que estamos viendo estos días nos intranquiliza”, insistió Feijóo en esta intervención en la que denunció cómo se está “blanqueando” al “brazo político de una organización terrorista” y “a partidos que llevan en sus listas a personas condenadas por delitos de sangre”, en alusión a EH Bildu.

A ello unió que se estén “ofreciendo amnistías a personas fugadas de la Justicia a cambio de la Presidencia del Gobierno” y que “se esté hablando de un referéndum de autodeterminación de partes del país”. Criticó de tal manera que falten “los principios básicos de honestidad” en unas negociaciones de las que hay “pocos datos”.

“En España estamos hablando de amnistía, de autodeterminación de una parte del territorio y de hacer desiguales a los españoles. Entiendo que esto no tiene nada que ver con el futuro, más bien con pasados que hemos superado. Por tanto, sería bueno no regresar al pasado porque nos va a costar el futuro”, reseñó.

“HUNDIR EL BARCO”

“Dicen los marinos que no hay buen viento para el que no sabe a dónde va. Además, difícilmente vamos a mantener un rumbo si el capitán de ese barco cambia constantemente de opinión y es absolutamente imposible que seamos capaces de llegar a buen puerto si la tripulación que configura el barco no es avezada y está dividida”, expuso.

Más adelante, abundó en que “es imposible navegar con una parte de la tripulación que quiere hundir el barco”, para a continuación destacar que “un Estado no puede tener éxito si su gobernabilidad se sustenta en aquellos que quieren acabar con el Estado”. “Imagínense poner en el timón a aquellos cuya pretensión pública y notoria es hundir el barco”, apuntó.

Feijóo se afanó a la hora de trasladar el mensaje de que “la aritmética no puede sustituir a la ética”. “Cuando un país pierde la ética inicia un camino que no se sabe a dónde nos lleva”, incidió en su advertencia. Además, recalcó que se llega a esta situación “insólita” tras unas elecciones generales que “otorgan centralidad”.

Defendió así que el 23-J “no nos lleva a la excentricidad ni al extremismo”, sino que tendría que conducir “a la centralidad y a los grandes pactos”. En concreto, se refirió a que el 94,5% de los votos en los comicios generales “no tienen nada que ver” con independentismos ni con nacionalismos.

“NO ES UNA DEMANDA SOCIAL”

Así las cosas, Feijóo hizo especial hincapié en que “la erosión institucional y de valores en la que algunos están empeñados no responde a una demanda social”. Dicho esto, acusó al PSOE de haber “roto con su posición de centralidad en el pasado” y de estar actuando “como no cabría esperar de un partido de Estado”.

El presidente nacional del PP dedicó así buena parte de su intervención a lamentar la situación “insólita” que se da en España por el hecho de que “quien pretende ser presidente del Gobierno tenga que pasar por una investidura previa a la que tienen que dar luz verde quienes no creen en el país”.

“Ojalá estemos a tiempo de evitar unas componendas que solo benefician a una serie de políticos con sus problemas judiciales pendientes y ojalá esta travesía no la inicie España”, prosiguió Feijóo. En todo caso, no ocultó que concede un “alto grado de probabilidad” a que así sea.

De tal manera, deploró que “se han dejado de lado los problemas que afectan a los españoles para hablar solo de los problemas que les afectan a ellos” mientras prosigue la negociación de Sánchez con los independentistas para tratar de hacerse con sus apoyos y sacar adelante su investidura.

En su caso, apostó por “siete palancas del crecimiento” para definir la economía española y que pasarían, según expuso, por una política fiscal atractiva, reformas estructurales, una política energética sin ideologías, apuesta por la innovación, política educativa, priorizar la política industrial y gestión de los fondos europeos.

En esta materia, advirtió de que, “lejos del triunfalismo del Gobierno, la situación económica no es buena porque no lo hemos hecho bien en el último lustro”. A “los que pretenden seguir igual”, les garantizó que “no vamos a ir a mejor”. En consecuencia, defendió que “o cambiamos, o seguiremos en estos rankings en los que no queremos estar”.