En esta primera participación, en el municipio coruñés de Ortigueira, Feijóo presentó los comicios como la elección entre dos posibilidades. “Una posibilidad es el modelo gallego y otra posibilidad, el modelo de Sánchez”, acotó.

Como era de esperar, elogió el de Galicia como el modelo de “la estabilidad, que no te acuestes con un problema distinto al que tenías cuando te levantaste”; como el modelo de la “moderación”, de “no insultar a nadie” y explicar las propuestas “sin necesidad de la división, el exabrupto y el muro”, y de “de dedicar el dinero de la gente a la cosas más importantes”: la sanidad, la educación y los servicios sociales.

“Es tener palabra y decir: si gano yo, gobierno yo”, continuó, para apuntar que “la única discusión es si al Partido Popular le faltarán unos votos, un diputado, para tener la mayoría absoluta” y que vayan “a pactar los que han perdido”.

Feijóo también alabó la situación económica de Galicia, con el menor aumento de deuda de España en los últimos 15 años (12 de ellos presidida por él, aunque no lo explicitó) frente a los “fijos discontinuos” de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sobre la que bromeó que “no todo el mundo que nace en Ferrol sabe contar el paro”, y el incremento de la deuda. También recordó que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, al ver que no podía aprobar los Presupuestos, disolvió el Parlamento y convocó elecciones, un mensaje tácito a Sánchez si no consigue sacar adelante los suyos.

Finalmente, el presidente del PP presumió de la educación de Galicia, Castilla y León y la Comunidad de Madrid, las regiones con mejor nota en el informe PISA, y de la educación infantil y matrículas universitarias gratis en Galicia; así como de su “sanidad de primera” y de sus “residencias excelentes financiadas por una de las grandes empresas del mundo, que es Inditex, y las pone a disposición de la Xunta”.

"EL MODELO DE SÁNCHEZ"

Frente a ese modelo gallego, Feijóo ilustró el “modelo de Sánchez” como “el modelo de la mentira”, con sus cambios de posición sobre la amnistía, en el que “los independentistas mandan cuando quieren irse de España”, y también como el del “sablazo fiscal”, con constantes subidas de impuestos “para pagar sus pactos” y “perdonarle a Cataluña 15.000 millones”.

Vaticinó que, si el PSdeG y el BNG se instalan en la Xunta (no mencionó a Sumar), habrá que pagar otra vez impuesto de sucesiones, de patrimonio y de transmisiones, y se subirán el IRPF y el impuesto de actos jurídicos documentados, además de crearse otro a la agricultura. “El sablazo fiscal de Sánchez volvería otra vez a la Xunta”.

Ante esta tesitura de elegir entre un modelo y otro, Feijóo jugó con el estereotipo bromeando que a los gallegos se les acusa de no responde claro pero que, “cuando se nos hace una pregunta que nos interesa contestar, somos muy claros”. Y pronosticó que lo harán dándole al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, “la mayoría absoluta para gobernar”.

Como se encontraba en A Coruña, Feijóo pidió mantener los 14 diputados en el Parlamento gallego que el PP obtuvo por esta provincia en 2020, dando por hecho que, con ellos, o si Lugo mantiene sus nueve, “la mayoría absoluta está garantizada”. Para ello, llamó a no confiarse porque todavía no se ha “ganado nada” y, poniendo un símil pesquero, constató que, por muy buenos capitán y tripulación que se tenga, “si no sales a por los peces no pescas”.

En definitiva, el líder del PP llamó la atención sobre el hecho de que los gallegos, con estas elecciones, van a ser “los primeros en tomar una decisión después del engaño permanente de la investidura de Sánchez”. “Pido un voto para que no se reproduzca el desgobierno del Gobierno de Sánchez en Galicia”, justificó.

Finalmente, un poco fuera del hilo de su discurso, Feijóo llamó a votar, entre otros, por los agricultores, “insultados y vilipendiados” por Francia y por su dirigente socialista Segolène Royal, frente al “enorme desdén” del Gobierno de España, que no los defiende "ni descalifica a una compañera de partido que está faltando al respeto a los agricultores”.