Los hechos sucedieron el 16 de octubre, cuando el todavía presunto parricida, que fue juzgado hoy en la Audiencia de Madrid, se encontraba viendo la televisión y su madre decidió bajar el sonido porque estaba muy alto.

El procesado se enfureció hasta el extremo de golpear varias veces a su progenitora causándole un "traumatismo violento" que originó su fallecimineto, de acuerdo con el informe del forense.

Los psiquiatras estificaron ante el tribunal que R.R. padece oligofrenia en primer grado, lo que supone "un déficit profundo en el aprendizaje y que no sea plenamente consciente de lo que hace, por lo que no puede exigírsele una conducta adecuada como a una persona normal".

Los peritos recalcaron el estado irreversible de su enfermedad y aconsejaron su internamiento en un centro especializado.

Tanto el fiscal como el abogado defensor coincidieron en solicitar su absolución por enajenación mental, aunque el letrao del procesado se opuso a que sea recluido en un centro psiquiátrico y pidió que le ingresen en un centro educativo.