Así lo declaró a Servimedia el portavoz socialista para cuestiones institucionales en el Parlamento gallego, José Luis Rodríguez Pardo, quien añadió que en la actualidad no hay ninguna justificación para mprender la reforma de la ley electoral autonómica anunciada por el presidente Fraga Iribarne.

Esa modificación supondría elevar del tres al cinco por ciento el número mínimo de votos necesarios para tener representación en la Cámara regional.

De esa manera, en las elecciones autonómicas de 1993, Coalición Galega y el Partido Socialista Gallego-Esquerda Galega, podrían quedar sin representación parlamentaria.

Además, los restos beneficiarían principalmente al Partido Popular, que consolidarí la ajustada mayoría absoluta que respalda en la actualidad a Fraga al frente de la Xunta.

En opinión de Rodríguez Pardo, "por esa regla de tres, Felipe González podría agradecerle la idea a Fraga y promover un cambio legal semejante, que sería como una bomba de efectos retardados".

Las formaciones nacionalistas ya han manifestado de forma airada su protesta a esa pretensión del presidente, que el PSOE también ha criticado, aunque temen que esta formación acabe pactando con los populares.