Esta es la conclusión de un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), dependiente de la Secretaría de Estado de Hacienda, titulado "Evolución del fraude en el Impuesto sobre el valor añadido", y fechado en marzo de 1993.

El informe, al que tuvo acceso Servimedia, estima que el nivel medio de defraudación en el periodo analizado se situó en el 24 por ciento, sin variaiones sensibles entre los distintos ejercicios.

Es decir, que por cada 100 pesetas que Hacienda debió ingresar por el IVA, sólo recaudó efectivamente 76. El índice de fraude osciló entre un mínimo del 22,4 por cien en 1988 y un máximo del 25,6 en 1987. Fue de un 24,16 en 1986; 23,03 en 1989; 24,95 en 1990, y 23,94 en 1991.

En cifras absolutas, el importe defraudado ascendió a 506.967 millones de pesetas en 1986; 619.405 millones en 1987; 612.959 millones en 1988; 744.627 millones en 1989; 876.292millones en 1990, y 913.654 millones en 1991.

El porcentaje de fraude es sensiblemente mayor en las operaciones interiores gravadas por el IVA que en las importaciones, que también deben tributar por este impuesto, ya que las segundas están sometidas a un mayor control administrativo.

Concretamente, el fraude estimado por el IEF en las operaciones interiores se sitúa en el 32 por ciento, es decir, que Hacienda estaría dejando de ingresar 32 de cada 100 pesetas de la fiscalidad sobre el consumo debienes y servicios producidos en España.

El fraude total en este apartado se elevó a 3.944.895 millones de pesetas. Los 329.009 millones de pesetas restantes correspnden a la ocultación del IVA en las importaciones, que el instituto cifra en algo más del 6 por cien.

FACTURAS FALSAS Y "FRAUDE ESTRUCTURAL"

El estudio analiza también, sirviéndose de datos de la Inspección Financiera y Tributaria del Ministerio de Economía, los trucos utilizados para cometer el fraude.

Su conclusión es que el istema más utilizado es la infravaloración de las ventas, es decir, la ocultación de una parte de la base imponible. En los casos detectados por la inspección (que son una pequeña parte del fraude total), las ventas fueron "desinfladas" en un 24,6 por cien.

No obstante, los defraudadores también utilizan el mecanismo inverso, la sobredeclaración de compras, un sistema en el que se inscriben prácticas como los casos de facturas falsas por adquisiciones no realizadas que han acabado en los tribunales dejusticia. En los casos descubiertos por la inspección, resultó una sobredeclaración de compras del 9,7 por cien.

El informe hace hincapié en que el estancamiento del fraude del IVA en los seis primeros años de aplicación demuestra que no tiene un carácter coyuntural ni responde a una inadaptación pasajera al nuevo impuesto.

"En la serie de índices de fraude para el periodo 1986 a 1991, no encontramos una tendencia definitiva, ni en sentido ascendente ni descente, por lo que el fraude en el Impueso sobre el Valor Añadido tiene un elevado componente estructural", señala.

A juicio de los autores, el peor año fue 1990, inmediatamente antes de que Hacienda destapara los grandes casos de fraude en el impuesto mediante la emisión de facturas falsas.

Ese año, el crecimiento del IVA bruto recaudado entre las empresas con facturación superior a los 1.000 millones, que pagan un tercio del tributo, fue del 5,7 por ciento, frente a 11,4 por cien en 1989.

"Esta circunstancia implica", en su opinin, "que la notable reducción en la recaudación no está limitada únicamente al enfriamiento de la economía, sino también a un incremento en el comportamiento evasor ante este impuesto".

"A tal efecto", añaden, "conviene recordar que en el ejercicio económico de 1991, se detectan importantes bolsas de fraude relacionadas con la compra de facturas falsas; lo que pudo incitar a los evasores a replantear sus comportamientos".

CAMBIOS METODOLOGICOS

Esta estimación del fraude en el IVA realizada por e IEF sigue en la linea del estudio efectuado por este mismo instituto en 1990 para el periodo comprendido entre 1986 y 1989, aunque con algunas correcciones metodológicas.

Los cambios introducidos conducen a una ligera rebaja del fraude estimado en aquel primer análisis, ya que ahora se han ajustado las cifras para excluir del cómputo a Canarias, Ceuta y Melilla, áreas no sujetas al IVA.

Así, por ejemplo, el fraude calculado en ese primer estudio para 1989, último año que analizaba, era del 26 po ciento, lo que equivalía a 868.610 millones de pesetas, en lugar del 23 por cien estimado ahora, que deja la cantidad defraudada en 744.627 millones.