Según las previsiones de Funcas, el IPC podría alcanzar tasas negativas entre los meses de mayo y septiembre, con un mínimo del -0,9% en julio.

Aclara que esta circunstancia no implica deflación, ya que por deflación se entiende una bajada generalizada y prolongada en el tiempo en el nivel general de precios, y en este caso las tasas negativas se circunscriben al capítulo de productos energéticos, y, además, a consecuencia de unos acusados efectos estadísticos de escalón.

Fuera de este grupo, sólo se van a presentar tasas negativas, y en mucha menor medida, en el capítulo de bienes industriales, mientras que los servicios van a seguir registrando tasas interanuales en el entorno del 3,8%, y la inflación subyacente no va a bajar del 2%.