Lo hizo a través de su director general, Antonio Vila, y de su subdirector general, Marc Simón, en un acto que contó con la presencia del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil del Gobierno, Ernesto Gasco, y el director general de Save the Children España, Andrés Conde, con los que la entidad trabaja para el desarrollo del programa.

El programa ‘CaixaProinfancia’ cuanta con la colaboración de más de 400 entidades sociales que se encargan de atender de manera directa a las familias, priorizando las ayudas y realizando un seguimiento individualizado de cada caso, e interviniendo en 128 poblaciones de todas las provincias de España.

A través de una metodología y unos resultados contrastados, el programa ha conseguido que el 81,4% de los participantes se gradúen al finalizar la ESO en niveles similares a los del resto de la población; mientras que sólo el 4% de los participantes dejan los estudios en secundaria.

A su vez, el 76% de los participantes mejoran su rendimiento escolar y el 65,6% avanzan en la adquisición y el desarrollo de competencias; mientras que, en el caso de las familias, el 78% aumenta el seguimiento de las tareas, la asistencia, la implicación y la participación de los progenitores en la escuela.

Del total, el 49% de las familias son monoparentales, el 71,1% de los tutores carecen de formación o tiene estudios primarios y el 59,6% están desempleados.

Ante esta situación, Antonio Vila atestiguó que “cuando la escuela, los servicios sociales y las entidades sociales trabajan unidas, el impacto de la acción socioeducativa se multiplica”. En la misma línea, Marc Simón comentó que “el programa ‘CaixaProinfancia propone una innovación social muy relevante, por su enfoque comunitario, que fortalece el territorio”.

Por último, Ernesto Gascó expuso que un total de 2,4 millones de menores se encuentran en situación de pobreza en España, el 28,9% de la población infantil, y Andrés Conde indicó que “un niño que hoy vive en la pobreza en un país como España tiene una alimentación deficiente y hace los deberes con el abrigo puesto en casa porque su familia no puede mantenerla a una temperatura adecuada. Tampoco puede ir al dentista o al psicólogo, ni ponerse gafas, aunque las necesite. Es una realidad doméstica, no siempre visible, pero que lastra el futuro de un país”.