El presidente de esta fundación, Antton Aurre, en un emotivo acto celebrado en un hotel de Irún (Guipúzcoa), explicó que "esta canción nunca fue una canción de guerra, sino un amargo alegato a la autodefensa y a la entrega personal de miles de hombre y mujeres vascos".

"Jamás cantaremos", agregó, "la letra de ete himno con odio, sino, por el contrario, con dolor y sufrimiento, con la esperanza de que el sacrificio de quienes lo han dado todo sirva para acercarnos a esa ansiada libertad para Euskadi".

La viuda de Ramón Doral, Cristina Sagarzazu, acompañada de dos de sus tres hijos, Ion e Iker, recogió el documento honorífico dedicado a su marido, en el que se le destaca como "un valiente patriota que ha antepuesto la llamada de sus raíces a su propia vida".

Sagarzazu, en posteriores declaraciones a los eriodistas, hizo este homenaje extensivo a todos los miembros de la Ertzaintza y a sus familias y destacó la importancia de que las próximas generaciones no crezcan en el odio.

También estuvieron presentes en el acto los padres, suegros y hermanos del Ertzaintza asesinado y diversos representantes del PNV, entre los que destacaba su portavoz y amigo personal del fallecido, Joseba Eguibar.