Sin embargo, en esta ocasión el juez Gómez de Liaño no ha apreciado "mala fe" en la actuación de Vera, motivo por el que no le ha impuesto una sanción, en contra de lo ocurrido el pasado mes de junio, cuando el magistrado le multó con 100.000 pesetas por haber recusado a Garzón en el 'caso García Goena'.

Vera, que también había recusado a Garzón en febrero de 1995 en el 'caso Marey', alegó en la presentación de su nuevo incidente, como ya hiciera en las dos anteriores ocasions, la enemistad manifiesta del juez hacia él y el interés directo del magistrado en la causa, debido a su paso por la política.

La presentación de este incidente provocó que el magistrado tuviese que suspender la citación prevista para ese día de Vera como imputado en el 'caso Oñaederra' así como de otras diligencias, a la espera de que la recusación fuera resuelta por su sustituto legal, Gómez de Liaño.

Además de Vera, el ex ministro del Interior José Luis Corcuera también recusó ese día a Garzó argumentando asímismo la enemistad manifiesta del juez contra él. Corcuera también había sido citado por el magistrado para ese día como imputado en el 'caso Oñaederra', comparecencia que tampoco se celebró.

Fuentes judiciales indicaron que el juez Gómez de Liaño hará pública previsiblemente mañana su resolución respecto a la recusación presentada por Corcuera que, probablemente, también será desestimatoria.

Tras la resolución de ambos incidentes, el juez Garzón podrá volver a hacerse cargo del caso Oñaederra', que ha estado paralizado durante las dos semanas en que se han tramitado las recusaciones.

Una de las primeras diligencias que el juez hará previsiblemente será volver a citar a Vera y Corcuera como imputados en la causa con el fin de que expliquen el secuestro de un Grapo, operación de la que les acusó el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán, al que probablemente el magistrado someterá a un careo con los dos ex máximos responsables de Interior.