Lo dijo en una entrevista a Servimedia en la que fue preguntado por cómo ha vivido la situación del referido patronato después de que Laura García Lorca dimitiera como miembro de esta institución tras conocer las declaraciones de quien iba a ser director de este organismo, Antonio Membrilla, sobre memoria historia, a la que se refirió en redes sociales como “memez histérica” en 2020. Ante el revuelo causado, Antonio Membrilla renunció al puesto.

García Montero subrayó que le ha parecido “muy desagradable” lo sucedido en este caso, ya que es natural de Granada, una ciudad en la que Federico García Lorca (1898-1936) “estuvo mucho tiempo silenciado” después de haber sido “víctima de un golpe de Estado feroz” en la ciudad nazarí.

Tras años de ostracismo, continuó el director del Cervantes, “construir la democracia en Granada fue, entre otras cosas, recuperar la memoria de Federico García Lorca y la importancia de su literatura”, como lo ilustra el homenaje que se le tributó en Fuente Vaqueros, localidad natal del poeta, el 5 de junio de 1976, coincidiendo con el día en que éste hubiera cumplido 78 años.

Desde ese momento, Lorca “se convirtió no ya en el símbolo de todas las víctimas de la Guerra Civil, provocadas por un golpe de Estado terrible, sino que ha sido también el símbolo de todos los muertos de la violencia”, hasta el punto de haberse convertido en “el representante de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y de los conflictos en Latinoamérica”.

Tras aseverar que “los homenajes a Lorca como representante de la memoria democrática son fundamentales”, lamentó que en España se haya llegado a elegir presidente del Patronato Federico García Lorca a “un señor que se ha dedicado a hacer bromas con la memoria histórica, llamándola memez histérica”.

En ese sentido, se mostró de acuerdo con la decisión tomada por Laura García Lorca y confió en que “las cosas se solucionen” y la sobrina nieta del poeta regrese a un Patronato en el que “no se hagan chistes a costa de la muerte de Federico García Lorca”.