Así se pronunció, en declaraciones a los medios de comunicación, preguntado por los insultos racistas proferidos contra el jugador madridista Vinicius Junior durante el partido que enfrentó este domingo a su equipo con el Valencia.

Garzón señaló que los improperios lanzados contra Vinicius son "la punta del iceberg" y advirtió de que “el racismo en el deporte, particularmente en el fútbol, lleva siendo un problema acumulado durante mucho tiempo”. Reclamó “una contundencia mayor” para erradicarlo “por parte de los clubs, pero sobre todo por parte de la Liga”.

En este punto, consideró “inadmisible” el episodio de este domingo y señaló que es “expresión de un problema mucho más serio”, en referencia al hecho de “cómo determinados discursos de odio, en este caso el racismo, se están institucionalizando” en los estadios. A su juicio, “se permite que una parte de los hinchas, especialmente los más ultras, puedan haber andado prácticamente con total tranquilidad desde hace muchos años haciendo eso”.

Tras lamentar que las medidas “que se decían que se iban a tomar para evitarlo no están funcionando”, como, a su entender, se demostró este domingo, Garzón instó a la Liga a que “asuma estas circunstancias” y que los profesionales que se dedican al deporte “dejen de buscar excusas y dejen de buscar justificaciones” ante este tipo de comportamientos porque, según su punto de vista, “es absolutamente indeseable”.

"DESAFÍO ENORME"

En este sentido, el ministro se mostró “totalmente de acuerdo” con la petición del presidente de Brasil, Lula da Silva, exigiendo que se adopten medidas. “Es lo que hemos reclamado muchos hace mucho tiempo y creo que, particularmente la Liga, tiene por delante un desafío enorme”, reiteró, al tiempo que no se mostró "muy convencido de que el señor Tebas esté muy por la labor".

"Porque, evidentemente, lleva bastante tiempo en esta función y bastante tiempo llevamos denunciando que esto sucede”, sentenció, para subrayar que el “gran caso” de Vinicius es, “simplemente, la punta del iceberg”.

A este respecto, defendió que, para erradicar estos comportamientos, "hace falta voluntad política, voluntad para tomar las medidas adecuadas, sanciones adecuadas, incentivos adecuados". "Y creo que ese mensaje que manda un presidente del Gobierno como puede ser Lula es algo que compartimos muchos y muchas”, resolvió.